«La Guardia Civil hurta contenido en el atestado y no sabemos cuál es». «La Guardia Civil, no sabemos por qué razón, desplaza diez páginas en su atestado, salvo para conseguir el efecto mareante de que parezca que fueron más días los ocupados en este asunto».

Son frases que se pueden leer en el documento, al que ha tenido acceso LA OPINIÓN, remitido al Juzgado de Instrucción 6 y con fecha 17 de octubre de 2016, por la defensa de David Conesa, asesor de Pedro Antonio Sánchez salpicado por la trama Púnica.

En el documento, firmado por el abogado Evaristo Llanos, se insiste en que David Conesa no tenía competencias para contratar servicios de reputación online para el entonces consejero de Educación y ahora presidente de la Comunidad.

En la Púnica se investiga la existencia de una trama de corrupción que adjudicó servicios públicos por valor de 250 millones de euros en dos años a cambio de pagos y comisiones ilegales que posteriormente eran blanqueados a través de un entramado societario. En la Región de Murcia, ha salpicado al actual presidente por actuaciones que habrían tenido lugar en su etapa al frente de la Consejería de Educación.

Volviendo a Conesa, en el documento se lee que «mi mandante, que en las fechas de autos contaba con tan sólo 25 años, en modo alguno era, ni ha sido nunca, jefe de gabinete, como erróneamente se repite una y otra vez en el atestado policial, sino que tan sólo formaba parte del personal eventual como asesor de comunicación, esto es, último escalón como personal de confianza a disposición tanto del responsable de prensa como del jefe de gabinete, así como del asesor de gabinete, cargos estos superiores suyos e intermedios hasta la figura del titular de la Consejería».

«Joven con escasa experiencia»

«Decimos esto por la importancia que en el atestado se le pretende dar al pretendido cargo que nunca ostentó mi principal, como si de un avezado alto funcionario o político de relevancia se tratase, cuando, como decirnos, no era más que un joven recién llegado a la Consejería en calidad de simple ayudante, con tantas ganas de trabajar como escasa experiencia», señala la defensa del joven.

Conesa admite que conoció en 2014 a Alejandro de Pedro (considerado ´el conseguidor´ de la Púnica), y que, tras una primera reunión en una cafetería de Madrid, «pasa más de un mes sin tan siquiera contestar a este señor, hasta el punto de ser tratado por éste como de maleducado».

«Después, ante la insistencia de un vendedor nato, como es el señor De Pedro, que realizaba insistentes llamadas a la Consejería y ante el temor de recibir un toque de atención por parte de sus superiores por no atender las llamadas de alguien que se dirige a la Consejería, pasado como decimos más de un mes y aprovechando un viaje a Madrid queda unos minutos en otra cafetería, donde nada se acordó sobre las distintas ofertas que se realizaban por el señor De Pedro, hasta el punto que éste se volvió a presentar en la Consejería tres días después con otras nuevas propuestas, dado que al parecer tenía que ir a Murcia para otros temas», explica la defensa de Conesa.

«Es preciso esperar hasta el 20 de octubre, reiteramos, un mes después, para que se produzca el e-mail de las 15:09 entre mi mandante y Alejandro de Pedro, en el que aquél, según el atestado, habría escrito Puff llego a Madrid a la 12h y luego salgo en AVE 19:00 h. ¿No tendrías un hueco? .... Pero este texto, en contra de lo descrito por la Guardia civil, no se redacta así como caído del cielo», destaca el abogado de Conesa.

«Además de que es evidente que se trata de la respuesta a otro correo remitido por el señor De Pedro, de ahí la expresión Puff, resulta que ese mismo día a las 14:00 horas mi mandante había escrito lo siguiente: Buenos días Alejandro, disculpa que te moleste, verás mañana acompaño al consejero a Madrid y me preguntaba si tendrías un hueco para vernos y hablar de este tema que llevamos. Un saludo. Un mail que inexplicablemente la Guardia civil sitúa en la página siguiente del atestado, jugando con los ´tempos´», se puede leer en el documento judicial redactado por el abogado.