Un trabajador de la agricultura, aunque haya sufrido dos aneurismas cerebrales, puede hacer tareas sedentarias, sin derecho a que le sea reconocida la invalidez absoluta.

Así se recoge en una sentencia del TSJ de la Región que confirma otra dictada por un Juzgado y que fue apelada por el trabajador.

La sentencia que ahora se confirma declaró probado que el demandante fue intervenido en 2011 de los dos aneurismas tras la rotura de uno de ellos, que había originado una hemorragia. Como consecuencia de esta patología, padece de limitaciones para desarrollar actividades que requieran de precisión con el brazo derecho o que precisen deambular por terrenos muy irregulares. En julio de 2012 le fue reconocida la situación de incapacidad permanente total para su trabajo habitual, decisión que fue apelada ante el Juzgado en solicitud de que la misma fue la absoluta.