Miguel Jiménez, murciano de 31 años y barbero de profesión, ha ido hasta Estambul a ponerse pelo. Le sale bastante más barato que hacerlo en España. El joven viajó junto a otros tres chicos (dos murcianos y un canario) y ha documentado su viaje al milímetro, con el fin de contar en su canal de YouTube la experiencia y tratar de concienciar a otros hombres de que no pasa nada por someterse a esta intervención estética. Los complejos por estar calvo, explica, son más habituales de lo que parece. Y siguen siendo, para muchos, un tabú.

«En 2011 yo estaba calvo y me puse pelo en España. Hace un año hice un vídeo de cómo fue el proceso, y a mucha gente le ayudó. Por eso ahora he decidido grabarlo todo», señala Jiménez.

Y para inmortalizar el proceso, tanto en foto como en vídeo, ha viajado hasta Estambul con el fotógrafo profesional Arturo Manzaneque, también de Murcia.

Si en 2014 el joven Miguel se gastó 12.000 euros por injertarse 2.600 folículos en España, ahora ha invertido 3.000 en Turquía, «con todo el viaje incluido». «No es una clínica: es un hospital», relata. Además, los responsables del centro te recogen en el aeropuerto y te llevan a un hotel hasta el día de la intervención. «Y siempre va un traductor contigo», puntualiza. El hospital se llama Medical Park. Clinifue es la clínica de España que pone en contacto con Turquía. La doctora, Songül Alci. Ella supervisa y su equipo opera.

«En Turquía hay más de 400 clínicas así. Es el país donde más cantidades de injerto de pelo se hacen, y a mejor precio», resalta Jiménez, cuyo canal en YouTube se llama Los consejos de Michael. Cuenta con unos 20.000 seguidores y ha llegado a tener 5.000 visitas en un día. Tras contar sus experiencias, ha recibido cerca de 500 correos de hombres que le piden consejo.

El joven Miguel Jiménez camina por una de las calles de Estambul después de la intervención a la que se sometió en esta ciudad. FOTO: Arturo Manzaneque.

Volviendo a la intervención, dura de 7 a 8 horas. A Miguel le quitaron pelos de la nuca para ponérselos en la parte superior de la cabeza. «En Turquía, si quieres y vas con prisa, te puedes operar la semana que viene. En España, en algunas clínicas, hay listas de espera de cinco años», apunta el barbero.

En cuanto al pelo implantado, «lo cortas, crece, ya es pelo como el tuyo», asegura. Tras la operación, «primero se caen las costras. Luego se cae todo el pelo que me han puesto. A partir de los cuatro meses, empieza a crecer», remarca Miguel, a lo que añade que «el pelo que te pones ya no se te cae, pero el tuyo sí», si no lo cuidas y tratas bien. A la hora de admitir un complejo por la falta de pelo «la gente se lo tiene muy callado», considera el joven. «Pero ves a alguien que sale y dice ´yo estoy calvo, no pasa nada, me he puesto pelo´» y, a su juicio, eso ayuda a otros y les anima a hacer lo mismo. El fin, «ganar confianza en ti mismo, ganar seguridad», explica, al tiempo que admite que él no hizo su canal de YouTube hasta 2015 «porque me daba vergüenza que la gente me viese calvo».

El país en el que más trasplantes de cabello se hacen en todo el planeta

Es la nueva pasión turca, nada que ver con la que vivió Ana Belén en aquella película basada en la novela de Antonio Gala. Las cifras dicen que Turquía es el país en el que más trasplantes de cabello se hacen en todo el mundo.

Tres jóvenes españoles que fueron a Turquía a ponerse pelo caminan por una calle de la ciudad, todavía con sus cabezas vendadas. FOTO: Arturo Manzaneque.

Miguel Jiménez y Arturo Manzaneque cuentan que allí no es en absoluto raro ver gente con la cabeza vendada paseando por la calle. Algunos son amigos de antemano y han hecho el viaje juntos. Otros se han conocido en la clínica y aprovechan para ver la ciudad tras la intervención. De hecho, el paseo por la ciudad va incluido. Hay bastantes agencias que ofrecen el paquete completo: llegas al aeródromo, te llevan al hotel con un servicio de transporte, al día siguiente vuelven a recogerte y te llevan al aeropuerto de nuevo. Pones en Google ´Turquía turismo capilar´ y te salen 99.100 resultados. Y aparecen ofertas a tutiplén. Clínicas que pugnan por ser la que tenga el mejor precio, la que atraiga a más clientes. El boca a boca también va haciendo, cómo no, su efecto.

Otro fotógrafo que en su día hizo un reportaje sobre esta curiosa práctica, Emanuele Satolli, da cifras. «En 2014 el sector tuvo una facturación de mil millones de dólares; alrededor de 5.000 personas al mes vienen a operarse, incluyendo a unos 3.500 árabes. Vienen a Turquía porque cuesta muy poco hacerlo y porque las clínicas tienen mucha experiencia, tras 20 años haciéndolo», explica en una entrevista con Vice.