Las primeras valoraciones realizadas por las oficinas comarcales agrarias, dependientes de la Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, cifran en 300 hectáreas las infraestructuras dañadas en parrales y mallas antigranizo como consecuencia del último temporal de nieve y lluvias en la Región.

Totana, Alhama de Murcia, Aledo, Canara (Cehegín) y Mula han sido las zonas más afectadas por el temporal, que causó daños principalmente en infraestructuras por un importe cercano a los 8 millones de euros, según manifestó ayer la consejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, Adela Martínez-Cachá.

La titular de Agricultura participó en la reunión celebrada con los representantes de las organizaciones agrarias para determinar qué ayudas podrían recibir los productores afectados, ya que sólo tres tenían contratadas pólizas de seguro. «Es un aspecto que preocupa especialmente, ya que en los últimos años ha habido un descenso importante en las contrataciones de seguros, principalmente en la zona de Canara», señaló.

En la reunión, en la que también participaron los directores generales de Desarrollo Rural, Federico García, y de Producciones, Fulgencio Pérez, finalmente se acordó hacer uso de una partida recogida en el PDR sobre reposición de efectivos en caso de siniestros naturales. Esta medida se había previsto en su día para la sequía que afectó a los almendros.

En este caso, se ha fijado una subvención del 40% de reposición de infraestructuras dañadas, en una inversión de entre 200.000 a 250.000 euros.

«Sólo podrán acceder a estas ayudas los agricultores que hayan sufrido daños en infraestructuras en al menos un 30 por ciento de sus explotaciones, pero queda por ver si también se extienden a los productos en sí, como las parras», apuntó el secretario de organización de Coag, Paco Gil, que participó en la reunión. En total, se calcula que la inversión para reponer los invernaderos y estructuras dañadas puede alcanzar los 5 millones de euros.

«Estamos hablando de las explotaciones que se hundieron por el peso de la nieve nada más», apuntó Gil, quien calculó que de las 300 hectáreas comentadas esta partida apenas cubriría a la mitad.

Como contraprestación, los agricultores que se acojan a estas subvenciones deberán contratar un seguro contra las inclemencias climatológicas durante los próximos cinco años. «Sólo había tres seguros, porque las pólizas no acaban de afinarse para nuestras necesidades; tendremos que revisarlas de nuevo», concluyó Gil.