Cuando ha transcurrido poco más de un mes desde las lluvias torrenciales de final de 2016, y varios días desde que se produjeran las últimas lluvias y nevadas de 2017, los caudales que llegan al Mar Menor a través de la desembocadura de la rambla del Albujón se han incrementado de manera notable, hasta alcanzar el día de ayer los 500 litros por segundo, según ha denunciado la organización ecologista Anse.

Los ecologistas explican que el agua filtrada al subsuelo ha recargado los acuíferos y ha convertido la rambla del Albujón, nuevamente, en un río que desemboca enla laguna, arrastrando los nitratos de los cultivos y del suelo, y lo mismo está ocurriendo en la Marina del Carmolí desde la rambla de Miranda, con otro aporte de alrededor de 50 litros por segundo que atraviesan la carretera costera. A los caudales de la rambla del Albujón se estarán sumando probablemente otros vertidos por problemas en algunas depuradoras, por lo que Anse ha pedido a la Comunidad Autónoma que se realice un seguimiento adecuado de la evolución de los caudales y su composición.

La organización ecologista recuerda que ya ha comentado en varias ocasione durante el pasado año, que no se podía hablar de vertido cero al Mar Menor tras el taponamiento de la red de salmueroductos por la Confederación Hidrográfica del Segura y las obras ejecutadas a partir de verano por la Comunidad Autónoma en la rambla del Albujón. El Mar Menor seguía recibiendo vertidos de aguas superficiales junto a la misma desembocadura de la rambla del Albujón y en Los Narejos entre otros lugares, y un volumen indeterminado de aguas subsuperficiales seguía llegando a la laguna por diferentes puntos, sin que se hayan cuantificado adecuadamente hasta ahora dichos aportes, apunta.

Anse dijo entonces, recuerda, que si se producían lluvias torrenciales, el Mar Menor recibiría ingentes cantidades de nitratos y otros contaminantes de origen agrícola a través de las aguas de escorrentía de diferentes ramblas. La asociación ha preguntado a la Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente si se han realizado análisis de esta aguas por parte de algún organismo oficial y calculado los aportes derivados de las riadas.

La asociación recuerda que, en un régimen de funcionamiento natural de los cauces de drenaje del Campo de Cartagena, seguirán produciéndose vertidos en el futuro después de periodos de lluvias intensas o moderadas, como consecuencia de las escorrentías y de los afloramientos de los acuíferos superficiales.

Por todo ello, Anse insta a la Comunidad Autónoma y al Estado a que destinen un mayor esfuerzo y presupuesto para que aceleren la ejecución de actuaciones en origen que limiten la utilización de abonos que continúan aportando abundantes cantidades de nitratos al suelo, y la instalación de una red adecuada de filtros verdes y sistemas de captación de aguas que permitan el tratamiento del mayor volumen posible de aguas contaminadas por nitratos.

La asociación ya transmitió (en entrevista la semana pasada) a la consejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente y parte de su equipo, la urgencia de priorizar la construcción de filtros verdes en la antigua depuradora del Algar y junto a la depuradora y desaladoras de San Pedro del Pinatar, en lugar de seguir construyendo tanques de tormenta en diferentes puntos. Igualmente, pidió que la Comunidad Autónoma respalde la creación de un gran cinturón periférico a los espacios protegidos y zonas urbanas de la ribera del Mar Menor que haga funciones de filtro verde, lucha contra la erosión, recuperación de la biodiversidad, conexión entre espacios protegidos y uso turístico compatible con la conservación.

En último caso, indican los ecologistas, las administraciones deben tener en cuenta que el afloramiento de aguas por la recarga de acuíferos tras episodios de lluvias importantes es un proceso natural que debería seguir permitiendo en el futuro un cierto flujo hacia el Mar Menor, debidamente depurado. Su conexión con los filtros verdes y humedales naturales facilitarían la disponibilidad de hábitat adecuados para diferentes especies de peces como el fartet y la anguila, catalogados como en peligro de extinción, y de gran interés comercial en el segundo de los casos.

Durante los años 2015 y 2016 el Mar Menor se ha convertido en una enorme sopa verde, como consecuencia de años de vertidos de salmueras y drenajes de origen agrícola principalmente, cargadas de nitratos.

Los días serán a partir de ahora más largos, y la temperatura del aire y del agua se incrementará poco a poco. ¿Cómo reaccionarán las aguas del Mar Menor, todavía verdes, ante la continua llegada de nitratos?¿Se mantendrá como hasta ahora la eutrofización?¿Qué ocurrirá tras la desaparición de más del 80 % de las praderas marinas?¿Cuánto tiempo necesitará la mayor laguna litoral española para recuperarse del maltrato de varias décadas?