La Asamblea Regional rindió homenaje ayer al que fuera presidente de la Cámara entre 1987 y 1993, el socialista Miguel Navarro, durante un acto póstumo en el que la actual presidenta del Parlamento, Rosa Peñalver, también del PSOE, destacó en presencia de diputados de esas legislaturas «la modernidad» y la capacidad de consenso que tuvo el que fue asimismo alcalde de Lorca.

Peñalver entregó a la viuda de Navarro, Concepción Martínez Moreno, un pergamino en reconocimiento a la trayectoria de un político que «no escatimó ningún esfuerzo» para llegar a acuerdos con todos los partidos y con la sociedad en general, además de introducir temas que todavía siguen vigentes, como la igualdad y la Europa de las regiones.

En el acto estuvieron presentes los expresidentes regionales Alberto Garre y María Antonia Martínez, así como los sucesores de Navarro al frente de la Asamblea, José Plana (1993-1995) y Francisco Celdrán (1995-2015). También acudieron ex portavoces de los grupos parlamentarios, como Juan Ramón Calero (PP), Ramón Ortiz y Juan Durán (PSOE), y Pedro Antonio Ríos (IU).

Rosa Peñalver destacó que Navarro «abrió esta casa a la sociedad», firmando convenios para que los escolares visitaran la sede de la soberanía, además de ser el impulsor de la remodelación del edificio tal y como se encuentra en la actualidad.

Durante el homenaje se proyectó un vídeo en el que se glosó la figura de Navarro mediante fotografías y fragmentos de sus discursos, en los que reclamaba la necesidad de que hubiera «diputados cercanos y no figurines de cartón piedra». Encarna Navarro, hija de Miguel, recordó la capacidad de consenso de su padre, lo que demuestra el hecho de que consiguiera 44 de los 45 votos de los diputados para ser reelegido presidente de la Asamblea en 1991. «Sólo uno no le votó, y sería porque se despistó», afirmó.