¿Hay soluciones científicas para la degradación de la laguna?

La ciencia es la única herramienta que tenemos para responder a preguntas sobre problemas ambientales. Y ahora mismo tenemos una cantidad enorme de preguntas sobre la mesa para poder gestionar el Mar Menor. Así es esencial un planteamiento científico que aporte información para ello. Pero se necesita tiempo para responder a todo,y ahora tenemos que tomar decisiones muy rápidas, con lo cual tiene que ser una combinación de lo que se sabe con lo que se aporte nuevo.

¿Aún llegamos a tiempo para recuperarla?

Sin duda sigue viva y los datos nos dicen que luchando por recomponer su integridad ecológica. Creo que no se ha sobrepasado el punto de no retorno del que tanto hemos hablado y que la capacidad de recuperación es real pero, para que lo consiga, es esencial que cesen las presiones y la entrada de nutrientes.

¿Cuánto habrá que esperar para 'palpar' los cambios?

Es muy difícil de establecer tiempos. Los sistemas ecológicos son muy complejos. Sin embargo, a nuestro favor juega el hecho de que las lagunas costeras son ecosistemas con una gran capacidad de recuperación y suelen tener respuestas rápidas. La clave estará en que los mecanismos y componentes básicos de la red trófica lagunar no se hayan roto.

¿Con cuántos años de retraso estamos trabajando?

Con décadas de retraso. Desde que se agrandó el canal del Estacio en los años 1970, el Mar Menor no ha dejado de sufrir agresiones. Esa actuación ya produjo el primer cambio importante en su funcionamiento y trajo consigo la colonización de especies como el alga Caulerpa prolifera, con la aparición de sedimentos anóxicos cargados de materia orgánica, lo que supuso la caída de las capturas de mújol. Luego vino el aterramiento de playas, la construcción de espigones y los dragados de arenas, y finalmente la entrada de nutrientes, desde la década de 1990, que nos ha llevado a la situación de eutrofia y aguas turbias actual. A lo largo de estas décadas se ha venido advirtiendo de las consecuencias, pero se nos ha hecho muy poco caso.

Un reciente estudio del Oceanográfico sobre el cambio climático habla de que el Mar Menor terminará siendo invadido por el Mediterráneo. ¿Será el final de la laguna?

No creo que sea su problema más acuciante. La tendencia de toda laguna costera es a desaparecer por colmatación. La subida del nivel del mar puede retrasar ese proceso. Otra cosa es cómo se vean afectadas las construcciones. Habrá que ir anticipando esos problemas para buscar soluciones antes de que lleguen, pero como estamos viendo, ahora hay problemas que ya se nos han venido encima y más inmediatos. La colmatación la estamos acelerando con tanto vertido de sedimentos y la mediterraneización la estamos adelantando con los dragados incontrolados en las golas. Somos más peligrosos que el propio cambio climático.

¿Se está dando 'palos de ciego' desde la Administración con las medidas previstas?

Hasta ahora era así. Se hacían más inversiones como oportunidad de negocio que buscando soluciones a problemas que, o se negaban, o se utilizaban como justificación de una actuación inadecuada. Ahora percibo que ya no es así. Hay un comité científico asesor al que se le pide consejo y datos. Las actuaciones deben valorarse, diseñarse de forma adecuada y priorizarse para alcanzar la máxima efectividad. Ninguna es suficiente en sí misma aunque algunas pueden ser necesarias. Supongo que es difícil cambiar las inercias antiguas, pero creo que la situación ha servido para que todo el mundo sea consciente de la importancia de cambiar el modelo de funcionamiento y de que las decisiones se tomen en base al conocimiento y para preservar su integridad ecológica. Ningún sector económico sobreviviría con un Mar Menor degradado.

El Comité Científico está a punto de sacar su primer informe. ¿Qué podemos esperar?

No hay que esperar ni varitas mágicas ni anuncios definitivos. Estamos inmersos en un trabajo diario y contínuo para diagnosticar y, en lo posible, anticipar problemas y aportar soluciones. En términos generales se actualizará la situación a día de hoy del estado de la laguna, su evolución desde este verano, el efecto que han tenido las lluvias torrenciales de diciembre, la información de los proyectos en marcha y de las medidas que se están adoptando para reducir las presiones.

Europa nos mira y muy de cerca. ¿Eso nos beneficia, nos perjudica, nos es indiferente?

En mi opinión es muy bueno, pero también dependerá de que las cosas se estén haciendo bien o no. Necesitamos que Europa colabore con nosotros en la recuperación del Mar Menor. Lo triste, si no imposible, sería tener que abordar el problema solos. Se van a necesitar recursos y apoyos que pueden venir de Europa y es una oportunidad que hay que aprovechar. Si somos capaces de demostrarles que se está trabajando con objetivos claros, identificando los problemas y buscando soluciones, con la participación de todas las administraciones y los usuarios, y con la base del conocimiento científico, Europa será nuestro aliado. Si por el contrario los distintos intereses sectoriales o particulares se imponen sobre el objetivo de mejorar el estado ecológico, Europa tendrá claro que invertir en Murcia es tirar el dinero. Todos tenemos la gran responsabilidad de hacer las cosas bien.