«La seguridad total en Internet no existe. Nadie se puede proteger del todo: ni las empresas ni los Estados». Lo tiene claro, y así lo comunica a LA OPINIÓN, el inspector jefe del Grupo de Delitos Tecnológicos, UDEV III, de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Murcia, Carlos Walter Karlsson.

A juicio de este profesional, en una entrevista en Comisaría, «la gente no tiene que tener miedo a Internet, pero sí tiene que tener precaución». Walter Karlsson dirige un equipo de siete personas que se creó en 2002. «Tuve el honor de inaugurarlo, soy veterano», apunta al respecto.

Además, agentes de comisarías locales reciben formación en ciberdelitos, para que lleven sus propias investigaciones, «salvo alguna complicada, como de pornografía infantil».

El inspector explica que en la Región «la reina del baile es la estafa por Internet». «Nos lleva de cabeza», admite. Y es que, conforme avanza la tecnología, avanza la delincuencia en este ámbito. Ahora todo el mundo «lleva un ordenador en el bolsillo, que es el teléfono móvil», precisa.

En total, en la Región, «en 2015 recibimos 500 denuncias. En 2016 fueron 645. Se incrementaron», detalla Walter Karlsson. La mayoría de las denuncias fueron de víctimas de una estafa. Víctimas que, en muchos casos, no son conscientes de que se la están jugando desde el extranjero.

Y es que «mucha gente no sabe que esta pantallita (la del ordenador) es a nivel mundial», hace hincapié Walter Karlsson. De hecho, «la mayoría de los autores son de fuera de España».

«Las estafas que se dan por Internet antes se hacían en persona o por teléfono», apostilla el inspector jefe.

A la hora de llegar a los tribunales, el responsable del grupo reconoce que «las estafas menores de 400 euros son faltas y no conllevan detención. Si el autor es mayor de edad, va al Juzgado de Guardia y suele quedarse en una condena simbólica y una multa».

La medalla de plata en el ranking de delitos se lo lleva la revelación de secretos, esto es, «robo de contraseñas, de claves de Internet o de banca online», resalta.

El bronce es para «usurpación del estado civil», categoría que se refiere a «delitos contra la intimidad». «Cuando una persona quiere hacer daño a otra, se hace pasar por ella en una red de contactos. Por ejemplo, un ex que pone la foto y el teléfono de la que fue su pareja. Los solemos pillar a la mayoría, suelen ser del ámbito personal. Un ex o un vecino o compañeros de trabajo», especifica.

A un caso de sextorsión, por otro lado, en este grupo especializado «lo llamamos ´otra bajada de pantalones´», comenta el inspector jefe.

«La víctima en un 99% de los casos suele ser un hombre que contacta con alguien por Facebook y aparece una chica estupenda, normalmente con nombre francés. Esta chica lo que hace es convencer a la víctima para que hagan una videoconferencia. Y allí ella le propone tener cibersexo. El hombre, al calor de su despacho, no se resiste», indica.

El hombre es grabado por la chica, que le exige que le pague un dinero o, según amenaza, mandará el vídeo a todos los contactos de él.

«La mayoría del dinero suele ir a zonas de Costa de Marfil», manifiesta Walter Karlsson. Además, «el hecho de que pagues no garantiza que no envíen el vídeo».

«En un mes tuvimos hasta nueve denuncias de este tipo, y de gente variopinta. No hay un perfil», recalca el inspector jefe.

Para evitar ser víctima de algo así, «es aconsejable, incluso cuando el ordenador está apagado, poner una tirita en la webcam».

Desconfiar de los chollos del iPhone

A la hora de no picar en una de las múltiples estafas que últimamente pululan por Internet -también en páginas conocidas, como Mil Anuncios o Amazon-, la recomendación del Grupo de Delitos Tecnológicos es clara: «Hay que desconfiar sobre todo de los chollos».

Por ejemplo, detalla Carlos Walter Karlsson, «cuando hay a la venta un iPhone 6 por 200 euros. Ese iPhone, o está estropeado o es una estafa». Admite que puede darse el caso de una persona a la que le urja vender su móvil, porque se ha comprado un modelo de más categoría, pero deja claro que estos casos suelen ser puntuales. Cuando se vea un producto caro a precio muy reducido, más vale desconfiar.

Y que las estafas más comunes se hacen precisamente «con el iPhone y la Termomix», indica Carlos Walter Karlsson. En la Región de Murcia, pero también «en toda España». «Los delitos son los mismos en todos lados», precisa.