El presidente del Gobierno regional, Pedro Antonio Sánchez, acude hoy al encuentro convocado en el Senado con la aspiración de arañar en la nueva la financiación autonómica los 250 millones que separan los ingresos por habitante asignados a la Región de la media de las comunidades autónomas. La caída de los ingresos que ha provocado la crisis ha secado las fuentes de las que se nutría la Administración regional, que se ha visto abocada a acumular una deuda superior a los 8.100 millones, cuya cuantía duplica el presupuesto anual de la Comunidad.

El consejero de Hacienda, Andrés Carrillo, incluso defiende la necesidad de que el Estado haga frente al endeudamiento provocado por la falta de recursos financieros que ha sufrido la Región. En 2001 se estableció el primer modelo de reparto con el Gobierno de José María Aznar, que fue reformado por Rodríguez Zapatero en 2009. Esta reforma no evitó que las comunidades mejor financiadas mantuvieran sus privilegios, gracias a la cláusula que les garantiza el 'status quo' reconocido. Además, la escasa dotación de las transferencias de Educación y Sanidad condenó a la Región a recibir una financiación insuficiente, que se percibió con mayor crudeza cuando la crisis de la construcción impidió que el Impuesto de Transmisiones y el IVA ligados a la compraventa de viviendas siguieran alimentando a la Administración regional. Sin embargo, las intervenciones de los mandatarios que han podido escucharse en vísperas de la Conferencia de Presidentes han dejado traslucir la misma disputa que se ha mantenido desde principios de siglo. Las regiones mejor financiadas, empezando por Cantabria, presidida por el independiente Miguel Ángel Revilla, que recibe los mayores ingresos por habitante, hacen valer que la población mayor de 65 años a la que tienen que atender y la dispersión geográfica de sus núcleos rurales les impide reducir su dotación económica. También Extremadura, presidida por el socialista Guillermo Fernández Vara, está en contra de que la población sea la variable decisiva en el reparto de la financiación autonómica.

El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, incluso se refería ayer a las regiones del Este definiéndolas como «ricas». En declaraciones a la SER, Núñez Feijóo se quejaba igualmente de las bajadas de impuestos que están adoptando las comunidades deficitarias. Aunque no llegó a nombrar a ninguna, Murcia es una de las regiones que ha rebajado Sucesiones. A su vez, estas regiones acusan a las autonomías mediterráneas de no controlar su déficit.

El problema de la Región es que en la disputa acaba recibiendo el mismo trato que tienen la Comunidad Valenciana o Cataluña, a pesar de estar entre las autonomías más pobres.

Por su parte, la presidenta andaluza, Susana Díaz, incluso llegó a hablar de 'dumping' fiscal' en su enfrentamiento contra Madrid, después del rifirrafe que provocó hace poco la presidenta madrileña, Cristina Cifuentes, al presumir de que su comunidad pone dinero para costear los servicios en Andalucía con sus impuestos.

En el orden del día figuran otros asuntos, como la eliminación de la tasa de reposición en las oposiciones de la sanidad y la educación, que debería recogerse en los Presupuestos del Estado para 2017. El Gobierno regional es partidario de suprimir la norma que solo permitía cubrir las vacantes de los funcionarios que se jubilan. Ante las expectativas de ampliación de plantillas, el ministerio de Hacienda ha tratado de aplacar a las comunidades para evitar que se disparen las contrataciones.