La cámara del teléfono móvil ha servido a los representantes de una veintena de asociaciones y colectivos ciudadanos del barrio del Carmen de Murcia que han participado en el taller para detectar imágenes, anuncios y representaciones del machismo socialmente aceptadas, que pasan totalmente desapercibidas, según explicó la coordinara técnica del proyecto, María Jesús Esparcia, una socióloga que trabaja en el área de la Mujer de Comisiones Obreras.

Cada uno de los asistentes fue recopilando sus propios materiales audiovisuales en la calle, en los medios de comunicación o en las redes sociales, lo que ha servido para poner en evidencia el trato vejatorio hacia la mujer e incluso la incitación a la violencia machista que se esconde en los chistes o en la letra de las canciones de artistas que pasan por los concursos de la televisión pública. «Todos hemos bailado canciones machistas alguna vez», reconocía María Jesús Esparcia, aunque la socióloga advierte de que la gravedad de las agresiones que se están produciendo en las nuevas generaciones y las concesiones que hacen muchas jóvenes ante su pareja en aras del «amor romántico» obligan a estar en una alerta permanente. «Parece mentira, pero hay chicas que piensan que si su novio no es celoso, es que no las quieren», señalaba con sorpresa.

Esparcia explicó que el objetivo de la iniciativa que ha dado lugar a la elaboración de guía era enseñar a los representantes de las asociaciones ciudadanas a reconocer las situaciones de «micromachismo con fines pedagógicos. Se trataba de formar a los formadores para que aprendan a detectar estereotipos de violencia de género y a entender por qué tiene que haber una ley. También marcamos las pautas para percibir los casos de micromachismo».

Su conclusión es que, pese a las mejoras conseguidas, «hay que estar en constante alerta, porque avanzamos dos pasos de hormiga y retrocedemos dos pasos de elefante». A su juicio, «como pensamos como hablamos, se percibe que se está invisibilizando a la mujer en la manera de hablar». La testosterona sigue mandando en el lenguaje, aunque deje de ser perceptible ante la fuerza de la costumbre.

Al taller, que fue organizado con el apoyo de la Concejalía de Modernización de la Administración, Calidad Urbana y Participación del Ayuntamiento de Murcia, acudieron 22 personas, procedentes de organizaciones como la Asociación de Vecinos Carmelitanos, de Empleadas de Hogar, Rumiñahui, Adicae, los colegios profesionales de Ciencias Políticas y Sociología y de Educadores Sociales, Red de Apoyo Mutuo para la Crianza-Cáritas, Federación de Asociaciones Africanas de Murcia (FAAM), Juventudes Socialistas y CC OO, entre otros.

La representante de la gestora del sindicato Antonia García apuntó que el proyecto ha arrancado en El Carmen por tratarse de «un barrio de trabajadores, que es además el más cercano a CC OO y en el que tenemos una mayor implicación».

La documentación y las ilustraciones aportadas por los participantes en el taller fueros seleccionadas y recogidas en el manual que, bajo el título Sin género de dudas, ofrece una recopilación de las escenas y los acontecimientos más impactantes que han saltado a los medios de comunicación y a las redes sociales en las semanas previas. «Todo el material que nos llegó fue analizado, seleccionado y ordenado. Es una guía ciudadana, entendible y cercana», explicó María Jesús Esparcia.

La socióloga añadió que, además de los anuncios publicitarios que pueden encontrarse por la calle o las polémicas suscitadas por las canciones o los espectáculos en los que se trata a la mujer de forma vejatoria, los debates suscitados en el taller también plantearon casos de discriminación dentro del ámbito doméstico. «Una de las situaciones típicas que suelen darse dentro de la familia es la diferencia entre el coche que utiliza el padre y la madre. Lo normal es que el marido conduzca un coche nuevo, mientras que la mujer lleva un vehículo viejo, que incluso suele ser de segunda mano», apuntó.

Como resultado de esta labor de recopilación y de su análisis, los representantes de las organizaciones han podido percibir la diferencia en la consideración social que se confiere al hombre y a la mujer en diferentes escenarios. «Frente a la imagen hipersexualizada que la publicidad suele ofrecer de la mujer, llamó la atención cómo se presenta a un deportista triunfador que protagoniza un anuncio de colonia para hombres, en el que aparecen dos mujeres sujetando el envase de perfume».

La guía ofrece también una recopilación de chistes machistas, que llegan a adquirir tintes de incitación a la violencia contra la mujer, como en el caso del actor alicantino que bromeó con la violación, coincidiendo con la investigación sobre las agresiones de San Fermín. A raíz de la polémica que suscitó el chiste «¿Está borracha? ¿Me la pido!», el Ayuntamiento de Elche llegó a cancelar una actuación, según dio cuenta el diario Información.

Entre las informaciones de la actualidad política figura la muñeca hinchable que una organización de empresarios chilenos regaló al ministro de Economía del país, Luis Felipe Céspedes, durante una cena oficial. La fotografía del ministro y de los dirigentes empresariales junto a la muñeca que dio la vuelta al mundo y se publicó en toda la prensa internacional obligó a la presidenta chilena, Michelle Bachelet, a reprobar públicamente la bochornosa elección de los empresarios y del integrante de su equipo de Gobierno, que no se habían planteado la verdadera transcendencia de su actuación ni habían sido conscientes del carácter público del acto en el que se produjo.

El manual recopila también una selección de términos relacionados con la discriminación hacia la mujer que sigue imperando en la sociedad, como el concepto de brecha salarial o el de ´micromachismo´.

El pequeño diccionario incluye otras definiciones menos conocidos, como la de ´hembrismo´, que se refiere a «la actitud de prepotencia de las mujeres respecto a los varones». La guía puede consultarse en la página web de CC OO www.murciaccoo.es.