Unas sencillas exequias, en la capilla del tanatorio de la carretera Santa Catalina, servían ayer para despedir a Lucía. Sus allegados la velaban allí desde el miércoles, cuando su cuerpo fue trasladado desde el Instituto de Medicina Legal de Murcia, donde se le practicó la autopsia. La ceremonia religiosa de ayer fue breve y a continuación se procedió a incinerar los restos de la adolescente. En la imagen, los padres de la menor, a su salida del tanatorio, donde estuvieron arropados por parientes y amigos.