Ya podemos disfrutar de los belenes navideños donde se evoca a los Reyes Magos portando presentes al nacimiento del niño Jesús, algo que como podemos observar viene de lejos quizás, más como una ofrenda que como un regalo que pudiera ser del agrado del agasajado. Pero esta tradición, la de regalar, se ha mantenido viva en nuestra sociedad, aunque varíe según la cultura de cada país.

Son múltiples las ocasiones en las que podemos poner en práctica este destacable arte, cumpleaños, aniversarios, regalos de empresa?y diferentes los grupos en los que podemos clasificarlos: sentimentales, institucionales de cortesía, publicitarios... Por ello hay que prestarle el tiempo que se merece para que el mensaje que se esconde detrás de cada regalo sea el adecuado en cada situación.

Pero, qué duda cabe que la Navidad es una de esas fechas especiales donde el regalo en protocolo social adquiere su máxima importancia. Es el momento de reunirnos y fortalecer relaciones con familiares y amigos, de entrega de regalos y, sin lugar a dudas, un reto para cualquiera. La lista de los diferentes y variados regalos nos obliga a ser originales para no caer en los tan recurridos pijamas, calcetines o perfumes.

También hay que tener en cuenta que la cosa se complica cuando la persona que regala es muy exigente o tienen de todo, por eso es importante que los regalos estén en su lista de deseos.

Regalo es un símbolo de agradecimiento, por eso es importante el tiempo que se dedica a la emoción, la búsqueda personalizada más allá del valor económico. Con el regalo intentamos o pretendemos mostrar amor, agradecimiento, o quizá pedír perdón.

Regalar es un arte, el arte de buscar lo que puede sorprender. Regalar ofrece a quien regala el esfuerzo de sus sentimientos hacia los demás, así que regalemos porque no importa el qué sino el porqué. La grandeza está en los detalles, y un regalo siempre tiene el valor de la persona que lo recibe.

Por ello, es imprescindible que nuestro obsequio denote esa búsqueda y dedicación, que refleje el cariño que tenemos por la persona a la que va dirigido. Un buen envoltorio se hace indispensable.

Si ustedes asisten como invitados a alguno de los múltiples eventos sociales que se dan en estas fechas, no olviden llevar un pequeño obsequio para agradecer dicha invitación, como bombones, flores o un buen libro, si conoce los gustos del anfitrión. Y si usted es el obsequiado, sea respetuoso al recibirlo, aunque no sea de su agrado.

Cualquiera que sea el caso, compartan su alegría y obsequien a sus familiares y amigos, con su compañía.

¡Felices fiestas!