Se dice en los mentideros políticos que en la Región de Murcia, los de Podemos no parecen de Podemos porque, a diferencia de lo que puedan hacer otros compañeros en otras partes del país, aquí los cargos públicos de la formación no levantan la voz, no montan números en las instituciones e incluso se sientan en una mesa con el Gobierno del Partido Popular para negociar cuatro grandes pactos regionales (por el de educación sí que no pasan). Por tanto, no es de extrañar que la mayoría de la organización en la Región de Murcia, al menos en lo que respecta a dirigentes y cargos públicos, esté en la línea más moderada que representa Íñigo Errejón, como se vio tras la publicación del manifiesto con el que el número dos plantaba cara públicamente a Pablo Iglesias. Todos los diputados morados en la Asamblea Regional, las dos concejales en el ayuntamiento capitalino, así como los secretarios generales de las principales ciudades, se posicionaron con el secretario político.

El único gran nombre que no estampó su firma en el documento fue Javier Sánchez Serna, diputado de Podemos en el Congreso por Murcia, que incluso después afeó a Óscar Urralburu que hubiera tomado partido en la pugna interna sin haber convocado antes el Consejo Ciudadano Autonómico. «Las decisiones en Podemos no las toman los secretarios generales, las toman los inscritos», dejó claro el parlamentario, en un desafío directo al hasta ahora indiscutido y respetado secretario general de Podemos en la Región.

Javier Sánchez Serna nació en Murcia hace 30 años y, desde mucho antes de que naciera Podemos, ha estado vinculado a movimientos de izquierda. Licenciado en Filosofía, perteneció a Juventudes Comunistas, lo que quizás haga que, al contrario que muchos de sus compañeros de Podemos en la Región, tenga más interiorizada la cultura de la izquierda, pues hay que recordar que buena parte de las diferencias entre los otros íntimos amigos Pablo e Íñigo comenzaron cuando se estableció la alianza entre Podemos e Izquierda Unida para concurrir de manera conjunta a las elecciones del 26 de junio. También coqueteó con organizaciones como Frente Cívico (la formación que creó Julio Anguita), Convocatoria por el Cambio y Ganemos la Región, todas ellas anteriores a Podemos y muy relacionadas con el mundo de Izquierda Unida. Estudió unos años en la Universidad Complutense de Madrid, el germen del partido morado, y llegó a asistir como oyente a algunas clases del profesor Iglesias. En una entrevista concedida a este diario durante la campaña de las elecciones del 20 de diciembre de 2015, confesó que leía a Kant y Hegel (es un lector insaciable que incluso pasa la jornada de reflexión previa a los comicios comprando libros en Diego Marín) y que su personaje histórico de referencia era Maximilien Robespierre. En esa campaña se decía que tenía un gran vínculo con Errejón, pero ahora se ha visto que no, que se encuentra mucho más cerca de las tesis políticas de Pablo Iglesias, con quien comparte incluso gustos musicales, ya que Javier ha sido un fijo de los conciertos del grupo 'Los chicos del maíz' cada vez que ha actuado en Murcia o alrededores.

En el Congreso de los Diputados se encarga de los asuntos relacionados con la Educación. Recientemente, llevó la voz de su grupo durante el debate sobre la LOMCE, dejando una imagen brillante. Pese a las diferencias ideológicas, mantiene muy buena relación con Miguel Garaulet, representante de Ciudadanos. No así con Teodoro García Egea, diputado del PP. «No nos hacemos gracia», reconocía durante la campaña electoral de junio. Mejor es su relación con María González Veracruz, aunque en los debates electorales entre los candidatos murcianos era su pesadilla, tal vez porque en aquellas fechas estaba muy vivo el frustrado objetivo del sorpasso de Podemos a los socialistas. Tras el 26J, recibió alguna crítica en la Región por los resultados, ya que aunque mantuvo su escaño, la expectativa era conseguir el segundo diputado por la Región.

De cara a la asamblea ciudadana de Vistalegre II, Javier Sánchez Serna considera, según afirmó en el comunicado que envió a los medios la pasada semana tras conocerse el manifiesto de los errejonistas, que «lo más sensato sería defender propuestas ligadas a equipos, porque en política es difícil defender proyectos en los que no se cree». Es decir, la postura que respaldan los más afines a Pablo Iglesias. En la nota de prensa, el diputado murciano de Unidos Podemos añadió que «no deja de resultar curioso que digamos que hay que debatir ideas desligadas de personas, pero los manifiestos se lancen por cargos orgánicos y públicos de carne y hueso». «Ahora estamos en un momento previo al debate político, donde vamos a definir las reglas de juego. Por eso, la voluntad de la dirección de Podemos no ha sido encuadrar la gente en una etiqueta u otra, sino plantear una consulta a los inscritos. Podemos tiene que ser más una organización de la gente y menos de sus cargos».