El Índice de Precios de Consumo (IPC) ha aumentado un 0,4% el pasado mes de noviembre respecto al mes anterior, mientras que su tasa interanual creció un 0,5%, según datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Con el repunte de noviembre los precios se mantienen en positivo por tercer mes consecutivo.

La Región registra en noviembre el sexto mayor aumento mensual por comunidades junto con Castilla-La Mancha, Valencia, Galicia, Andalucía y País Vasco, solo inferior a los registrados por La Rioja (0,8%), Cantabria, Navarra (ambas con un 0,7%), Asturias y Baleares (ambas con un 0,5%).

En los once primeros meses del año los precios aumentaron en la Región un 1%, igual que la media nacional.

Por grupos, los más inflacionistas fueron vestido y calzado (6,2%), vivienda (0,8%), menaje, medicina y otros (los tres sectores con un 0,2%).

Por contra, el descenso experimentado en transporte (-0,5%), alimentos y bebidas no alcohólicas (-0,4%), bebidas alcohólicas y tabaco (-0,2%), y hoteles, cafés y restaurantes (-0,1%) y la congelación de precios en comunicaciones, ocio y cultura y enseñanza hicieron que el aumento de la cesta de la compra murciana en noviembre no fuera más acusado.

En España la inflación interanual se mantuvo en el 0,7% en noviembre, porque los ligeros incrementos de precios de la mayor parte de la cesta de la compra fueron contenidos por el abaratamiento de los carburantes. También en España los precios se incrementaron por tercer mes consecutivo. En noviembre subieron un 0,4% respecto a octubre.

El único grupo con influencia negativa en noviembre fue el de la energía, cuyos precios subieron el 1,4% (tres décimas menos que en octubre), debido al impacto del abaratamiento de carburantes y lubricantes y pese al encarecimiento del transporte aéreo. Tiraron al alza el ocio y la cultura, cuyos precios caen el 1,6% (tres décimas menos), consecuencia de la estabilidad de los viajes organizados, que disminuyeron un año antes.

También los alimentos y bebidas no alcohólicas mejoraron su tasa anual una décima, hasta subir el 0,4%, por un menor descenso de las legumbres y hortalizas frescas, que compensaron el abaratamiento de la fruta fresca.