La Consejería de Desarrollo Económico, Turismo y Empleo incorporará próximamente al colectivo de personas refugiadas en la Región de Murcia a su protocolo de actuaciones coordinadas entre el Servicio de Empleo y Formación (SEF) y el Instituto Murciano de Acción Social (IMAS). El objetivo es la orientación, activación y el acompañamiento individualizado en la búsqueda activa de empleo de estas personas.

En este protocolo se coordinan actuaciones entre los técnicos de orientación laboral del SEF y los técnicos de entidades que trabajan con los refugiados, subvencionadas por el IMAS.

Es el técnico de orientación del SEF quien plantea una serie de actuaciones individualizadas a la persona en riesgo de exclusión demandante de empleo, para trazar, mediante consenso, un itinerario de formación y de acompañamiento en su búsqueda activa de empleo cuya meta es la colocación.

El programa 'Integrados en el empleo' de la Comunidad incluye ayudas y medidas destinadas a colectivos vulnerables, como personas con discapacidad, colectivos en riesgo de exclusión o mujeres víctimas de violencia de género, y ahora se incorporará a las personas refugiadas.

Lo que se pretende es ajustar los itinerarios de orientación, activación y preparación de competencias necesarias, con el fin de que el acceso al mercado laboral esté a su alcance.

El director general del SEF, Alejandro Zamora, se ha reunido este lunes con responsables de Cruz Roja y de la ONG Accem, y ha destacado que "se profundizará en la colaboración con éstas y otras entidades que trabajan con personas refugiadas para que, en una primera fase, lleven a cabo con ellos un trabajo de adaptación al contexto sociocultural de España y de la Región y que, posteriormente, una vez se encuentren en condiciones de igualdad para acceder a un puesto de trabajo, nosotros podamos acompañarles de manera individualizada en ese proceso".

Asimismo, desde la Comunidad "tutorizaremos esa integración laboral y facilitaremos su inserción con ayudas a la formación, ayudas a las empresas para que sea más fácil contratarlos, y también con el acceso prioritario a distintos programas de empleo".

Además de las circunstancias de desventaja que ya afrontan estas personas, la mayoría de refugiados deben superar una dificultad notable en su proceso de búsqueda de empleo, como es la barrera del idioma, ya que el elevado número de demandantes de empleo que existe actualmente hace que las empresas conviertan el dominio del castellano en un requisito casi imprescindible.

Otra de las complicaciones añadidas es conseguir que personas que tenían perfiles profesionales de alto nivel en sus países de origen puedan hacer valer en España las titulaciones con las que contaban, dado que la homologación y convalidación de esas acreditaciones no resulta siempre sencilla.