No va a ser esta semana, ni la que viene ni tampoco la siguiente. Pero el cambio en la presidencia de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) y en la jefatura de la Demarcación de Costas del Estado se da por segura en el Partido Popular de la Región.

Miguel Ángel Ródenas, presidente de la CHS, se las ha tenido tiesas durante estos años tanto con los regantes murcianos como con el Gobierno regional de su mismo partido. El Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura llegó a solicitar públicamente su dimisión, acusándolo de ser un verdadero obstáculo para el desarrollo de la cuenca del Segura, porque entendían que se dedicaba a poner palos en las ruedas en vez de buscar soluciones a la falta de agua. Esta pasada semana los regantes se encerraron en la sede de la Confederación para exigir la apertura de pozos en el Campo de Cartagena.

Tampoco se le da mucho futuro al jefe de la Demarcación de Costas, Andrés Martínez Muñoz. Recientemente el presidente Pedro Antonio Sánchez ha anunciado su intención de solicitar al Estado las competencias de Costas, con el objetivo de fomentar el turismo. Hasta que tenga las competencias, vía reforma del Estatuto de Autonomía, querrá al frente de Costas del Estado a alguna persona más cercana a él.

Otra autoridad que también está cuestionada dentro del Partido Popular es el presidente de la Autoridad Portuaria de Cartagena, Antonio Sevilla, que ha tenido roces con el Ejecutivo regional por asuntos como el retraso en el macropuerto del Gorguel. De este organismo depende también la finalización de las obras de la variante de Camarillas. En este caso, en el nombramiento del presidente de la Autoridad Portuaria tiene también algo que decir el Consejo de Gobierno de la Comunidad. En cualquier caso, la salida de Sevilla no será inmediata.