El Colegio Notarial de Murcia abrió ayer sus puertas para atender las consultas de los ciudadanos que buscan asesoramiento y mostrar los cien años de historia de los murcianos que guardan sus archivos, coincidiendo con la celebración del Día Europeo de la Justicia. El decano de los notarios, Pedro Martínez Pertusa, explicó que los documentos guardados a lo largo del último siglo muestran la evolución del patrimonio de las familias.

Los visitantes también pudieron visitar el salón de actos en el que se celebran los matrimonios civiles oficiados por los notarios. El decano contó que muchas de estas bodas están protagonizadas por «parejas con años de convivencia» que prefieren casarse casi a puerta cerrada, pero aseguró que por mucha austeridad que los cónyuges quieran imponer a la ceremonia, «siempre acaba apareciendo la emoción. Casarse es un acto íntimo que conmueve la fibra de las personas».

Los cambios en la legislación que regula la actividad de los notarios no solo ha permitido a estos fedatarios públicos oficiar casamientos, sino también resolver divorcios cuando la pareja no tiene hijos menores de edad ni en situación de dependencia, por lo que no es precisa la intervención del Ministerio Fiscal. Martínez Pertusa indicó que las notarías tardan apenas tres o cuatro días en tramitar un divorcio «que en un juzgado tardaría al menos ocho meses. El problema es que es demasiado rápido y no da tiempo a arrepentirse».