El cambio climático está provocando la aparición de especies tropicales en la costa de la Región-como algas tóxicas en los fondos marinos-; la reducción en un 35% de la cadena alimenticia de la fauna marina -siendo la causa principal de las mortalidades el incremento de la temperatura-; y la reducción de la productividad agrícola -la única zona de toda Europa en la que se producirá esta disminución-.

Estos son algunos de los aspectos destacados en el informe 'Atlas del Cambio Climático, emisiones y evidencias por Comunidades Autónomas', que el Observatorio de Sostenibilidad presentó ayer con motivo del Día Internacional contra el Cambio Climático.

«En España la modificación del clima es quizá más perceptible en el área que abarca desde la costa mediterránea hasta las cumbres de las montañas que la circundan; y que afecta a las franjas litorales de Andalucía y Cataluña y a la práctica totalidad del territorio de la Comunidad Valenciana y de la Región de Murcia», según el informe.

El profesor Millán Millán, director emérito del centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), argumenta que en la Cuenca Mediterránea Occidental, cuyo sistema climático es único, la urbanización intensiva del litoral, la reducción de la superficie vegetal y la pérdida de zonas húmedas «alteran el funcionamiento del clima mediterráneo de manera que se pierden poco a poco las tormentas de verano y se hacen cada vez más virulentos los episodios de lluvias torrenciales en otoño, que en ocasiones ha determinado en episodios que en apenas cinco días, se hay precipitado tanta agua como en todo un año».

Basándose en los datos que maneja este Observatorio, se apunta que hay una tendencia de adelanto en la foliación, en la floración y en la maduración de los frutos en varias especies de olivo, de vides y de cereales -trigo, cebada y avena, entre otras-.

Menos cabras, más mariposas

El Observatorio de Sostenibilidad también ha adelantado que la larga serie de primaveras secas podrían afectar negativamente a la productividad de la población de la cabra montés. Su explicación: Existe una fuerte correlación entre la producción de crías y la precipitación en primavera.

Y mientras que la población de la mariposa africana, que se alimenta de la planta de las alcaparras, se ha asentado en Murcia «sin modificar su nicho ecológico»; otra especie de mariposa, la parnassius apollo, está en clara regresión en las montañas meridionales. De nuevo, se señala como la causa principal el cambio climático.

Las emisiones, en cifras

La Región de Murcia ha aumentado sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) desde un factor 100 a un factor 156 en los últimos 24 años, por lo que se sitúa a la cabeza en la evolución de este tipo de contaminación. Hay que recordar que el protocolo de Kioto obligaba a España a no superar el valor de 115. Sin embargo, estas emisiones sólo representan un 2,2% en el conjunto nacional, y la Región ocupa el puesto número trece.

En cuanto a las emisiones por habitante, el estudio recoge que en 2014 se lanzaron a la atmósfera desde la Región 6,08 toneladas de CO2 equivalente, ubicándose en la tabla media baja respecto al resto de las Comunidades -puesto 14 del ranking-. Ese mismo año, pero por hectárea, Murcia escala tres puestos, siendo las emisiones de gases de efecto invernadero de 0,79.

Un cuarto aspecto analizado, el CO2 lanzado a la atmósfera por unidad de PIB en ese año, vuelve a dejar a la Región en la mitad de la tabla, con 333,86 toneladas.

En este trabajo, se destaca que mientras, casi todos los países de la UE presentan fuertes reducciones entre 1990 y 2015, estimados en conjunto (de 100 a 77) en España «vamos en camino de incumplir nuestros propios compromisos», pasando de un factor 100 a un factor de 119.

Según los datos aportados por el ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, desde el año 90 las emisiones de GEI en la Región de Murcia (en mimes de toneladas de CO2 equivalentes) ha ido aumentando progresivamente, hasta alcanzar su 'pico' máximo en 2008, con algo más de 12.000 toneladas.

Desde entonces, la curva ha ido decreciendo hasta rozar las 9.000 toneladas en 2014 -último año en el que se dispone de datos-.