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­Con más de 15 años de experiencia, empezó su carrera en empresas de Consultoría para las Administraciones Públicas. En la actualidad, ejerce como abogado freelance, con especial dedicación a las áreas de Derecho Mercantil y Comercio Internacional, Urbanismo y sector Seguros.

¿Ha tenido algún caso curioso de intento de fraude al seguro descarado?

Hubo una señora que tenía una casa de campo abandonada, sin luz ni agua. Hizo una póliza de hogar y dijo que le habían robado una televisión de plasma, un equipo de música... Quería cobrar del seguro. Y aportaba facturas.

Lo cual es sospechoso...

Cuando das parte, un usuario normal no tiene facturas ni fotos. Es sospechoso tener toda la documentación de todo lo que tienes. Se dio el caso de una señora a la que le robaron joyas de hacía 50 años, de cuando se casó. No le pagó el seguro porque era imposible de demostrar que su marido le regaló un anillo hace 50 años.

A falta de facturas, ¿vale con fotografías de los efectos?

Con una foto, luego se puede saber dónde se hizo y una georreferencia, porque puede ser una foto que tú has sacado en China. Tener una foto viene muy bien. Las compañías lo comprueban todo 2.000 veces, y luego otras 2.000. Cuando ha habido crisis, se ha notado un repunte en las reclamaciones.

¿Trabajan muchos abogados para las aseguradoras?

Como el 80% de los siniestros son de poca entidad, a muchos abogados se los han quitado de encima. Las compañías (que tienen sus propios peritos, técnicos y letrados) ahora tienen menos trabajo.