Lo hacen por puro amor y solidaridad. Tanto quienes donan el cabello, como quienes hacen la peluca, aunque los números están descompensados: Hay más donantes que posticeras.

La Asociación Española de Posticería, con sede en Murcia, lleva dos años colaborando con la sede regional de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), para promover la donación de cabello para aquellas mujeres que, por su tratamiento, han perdido el pelo. «Tenemos cientos de donaciones semanales, pero, lamentablemente, sólo dos personas pueden dedicarse a la elaboración de las pelucas que luego enviamos a la Asociación», explica Sonia Conesa, voluntaria de la asociación que preside María Rosa López. Es María Rosa, que vive en Londres y se suele desplazar a Murcia una semana al mes, la que se encarga de hacer la peluca. Pero debido a la falta de medios económicos «no podemos hacer tantas como nos piden», comenta Sonia.

En este tiempo alrededor de medio centenar de mujeres se han beneficiado del trabajo altruista de las posticeras, que han realizado doce tocados. «Cuando reciben la peluca de forma gratuita, las pacientes-que suelen tener problemas económicos y no pueden pagarla-, se comprometen a devolverla cuando ya no la necesiten más, y después de acondicionarla, la entregamos a otra persona».

Una peluca de media melena, que es la más demandada, suele costar en el mercado entre 1.000 y 1.500 euros, porque está hecha con pelo natural. «Es una lástima que no tengamos ningún apoyo económico, pese a que lo hemos intentado en muchas ocasiones, porque se podría incrementar el trabajo para cubrir la demanda que tenemos, que nos llega tanto de localidades de la Región como de fuera», apunta Sonia, añadiendo que siempre le dan preferencia a las enfermas murcianas.

La asociación tiene 230 peluquerías solidarias, de las cuales 73 son de la Región, que suelen cortar el pelo -más de 35 centímetros- gratis o con un precio simbólico. «Con cada donación solemos recibir una carta y en ella nos explican por qué lo hacen: Quieren desde el cariño contribuir a su curación», indica Sonia, recordando cómo una de las pacientes, al recibir la peluca se emocionó mucho ´por todo el amor, dijo, que llevo en mi cabeza?», recuerda Sonia.