La idea de ´papel cero´ es, de momento, una idea. Basta con echar un vistazo a las mesas de, por ejemplos, las secciones 2 y 3 de la Audiencia Provincial, cuyas dependencias están en el Palacio de Justicia.

En la mañana de ayer «entró en funcionamiento el sistema de Justicia digital en los órdenes Civil y Penal de los órganos jurisdiccionales de la ciudad de Murcia», recordaban desde la Delegación del Gobierno en una nota de prensa. Sin embargo, los despachos de los juzgados seguían ayer llenos de carpetas de colores.

«Se completa así el camino iniciado el 22 de junio con la implantación en los juzgados de lo Social y Contencioso-Administrativo de esta solución tecnológica que permite el tratamiento electrónico de la información durante todo el ciclo de vida de un asunto, así como el acceso al mismo con las garantías de reserva, control y confidencialidad requeridas gracias a su interacción con otros sistemas», apuntaba la misma fuente en el comunicado.

«Este hito ha venido precedido en los últimos meses de una intensa labor preparatoria por parte del ministerio de Justicia, orientada a la adecuación tecnológica y organizativa de la sede judicial, y a la capacitación de sus usuarios en las nuevas herramientas», detalla la Delegación. Sin embargo, la realidad es que los expedientes siguen en papel y que hacerse a la tecnología no es, en ocasiones, precisamente sencillo.

Y más para una plantilla, la de los magistrados, acostumbrada a trabajar durante décadas con el papel y a la que el boom de lo digital ha pillado ya mayor. Antonio, informático, tenía ayer la mañana copada en el Palacio: numerosos togados precisaban de su ayuda para tratar de hacerse al sistema.

«Justicia ha reforzado los recursos formativos y técnicos para apoyar a los usuarios y dar respuesta a las incidencias que puedan producirse hasta la plena estabilización del sistema», precisan desde la Delegación. «Junto al soporte físico en la sede, un equipo de 12 formadores gestiona telefónicamente las consultas y peticiones del personal», apostillan.

No sólo se trata de papeles que han sido impresos desde un ordenador: la cantidad de papel manuscrito es ingente. Acabar con estas costumbres de un plumazo no parece que vaya a ser tarea fácil, visto lo visto. Empleados de los juzgados consultados por esta redacción se mostraban ayer escépticos ante la idea de que se consiga, más pronto que tarde, trabajar únicamente por vía digital. Con el añadido, además, de que se rompa el sistema y el temor, en algunos sectores, de que la excesiva tecnología acabe, a la larga, con algunos puestos de trabajo.

Desde Madrid asumen que toca estar encima. «Con objeto de alcanzar su máximo rendimiento, el Ministerio trabaja en la mejora continua del sistema», precisan desde la Delegación. El mismo TSJ reconocía ya ayer que había problemas. Así, mandó al Consejo General del Poder Judicial «un informe, en el que se hace balance del proceso de implantación del proyecto, que advierte de un problema en la adaptación del soporte informático al trabajo jurisdiccional de jueces y magistrados y se alerta de la necesidad de ampliar el apoyo de los formadores», indica el tribunal. «Las mayores dificultades: en la carga de los expedientes administrativos propios de la jurisdicción Contenciosa y, sobre todo, en la jurisdicción Penal, por no estar la Fiscalía y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad integrados aún en el sistema», precisa este tribunal.