La vida, dice, le ha dado todo lo que quería, pero lo que no se esperaba era convertirse durante un tiempo en el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats). Y menos después de haber accedido en diciembre del año pasado a la vicepresidencia de la casa.

José Antonio Andújar nació hace 75 años en Almoradí, Alicante, donde ha vivido siempre. Forma parte del Sindicato desde el año 1980 y hace una década le elegieron presidente de los comuneros alicantinos de Riegos de Levante Margen Derecha. El pasado mes de diciembre accedió a la vicepresidencia del Scrats, ya que, según una norma no escrita, cuando el Sindicato lo preside un murciano, el segundo escalón debe ocuparlo un alicantino. Este puesto lo 'peleó' con el representante de Riegos de Levante Margen Izquierda, Javier Berenguer.

Andújar se ha encontrado con la difícil tarea de sustituir al que fue presidente del Scrats durante los últimos siete años, José Manuel Claver, quien falleció el pasado mes de septiembre, dejando huérfanos a un colectivo que agrupa a 40.000 agricultores de la Región de Murcia, sur de Alicante y norte de Almería.

Casado, padre de cinco hijos y abuelo de siete nietos, reconoce que no está tan preparado como su antecesor para cubrir el sillón: «Él tenía una capacidad de trabajo enorme, trabajaba por tres; podía con todo; y además era uno de los mejores especialistas en política hidráulica de toda España».

Deja claro que no tiene más interés que seguir siendo el vicepresidente del Scrats, y que hasta el momento que toque votar para cubrir la vacante que ha dejado Claver, que seguramente será el próximo mes de diciembre. «Serviré con todas mis fuerzas a esta casa». Pero insiste en que su «época de vanidades» ya ha pasado y que ha hecho todo lo que le gustaba en esta vida: «Ahora, sólo quiero lo mejor para el Sindicato; pero me siento más cómodo en segunda fila».

Echando la vista atrás, Andújar recuerda que su primer contacto con el mundo de los trasvases del Tajo al Segura fue allá por 1978. Participó en una reunión, conocida como Pacto de Orihuela, en la que también estuvo el primer presidente autonómico murciano, Antonio Pérez-Crespo, y en ella se dio el pistoletazo de salida al Trasvase, con la distribución del agua y la decisión de las zonas a regar.

«Curiosamente, no tuvo mucho éxito, y muchas comunidades de regantes de entonces lo rechazaban porque tenían que pagar un canon y no sabían si lo iban a poder asumir». Y recuerda que parte del regadío tradicional de la Vega Baja alicantina renunció a este derecho. El entonces ministro responsable, Luis Gámir, estando en el gobierno la UCD de Adolfo Suárez, salió ´por patas´ de un encuentro con estos agricultores, que lo echaron a la calle «porque consideraban una ofensa tener que pagar por el agua».

Hijo único de un agricultor, desde muy pequeño su contacto con la tierra ha sido continuo. «Yo no he sabido lo que eran las vacaciones», y tuvo la visión de sumarse a este proyecto y en su finca construir un par de balsas donde guardar el agua que le llegaría. Eso ocurrió en 1980. «Recuerdo que mi padre no lo veía claro, me dijo que estaba loco; pero seguí adelante y pronto conocí la estabilidad de tener agua para regar». Su comunidad de riegos fue la primera en decir «sí» al Gobierno.

También se siente especialmente orgulloso de su amistad con el expresidente de la comunidad de regantes de Mula y del Scrats, Francisco del Amor, que se remonta a más 36 años. Juntos viajaron a Estados Unidos para conocer las nuevas técnicas de regadío, «él como ingeniero y yo como agricultor». Fue así como el riego por goteo entró en la cuenca del Segura: «Fuimos pioneros en toda España en poner en marcha el riego localizado».

José Antonio Andújar ha sido también alcalde de su pueblo; gerente de una cooperativa citrícola durante varios años, «lo que me dio un amplio conocimiento en el mercado internacional»; y más recientemente le eligieron presidente de la Federación Valenciana de Comunidades de Regantes, cargo que compagina con el resto.

Entre los cambios que quedará en la casa de los regantes del Trasvase, tras su paso por la presidencia en funciones, figura la puesta en marcha de una vicepresidencia segunda, esta vez, destinada a los representantes de Almería. «No está en los estatutos, pero era uno de los proyectos que llevábamos entre manos José Manuel y yo; y voy a intentar que se plasme ésta y el resto de las iniciativas de futuro».

Entre los comuneros del Trasvase se sabe que va a ser «muy difícil» reemplazar a Claver, por lo que en el Sindicato ya están apostando por diversificar en varios grupos de trabajo todas las gestiones que llevaba él solo para adelante: «No existe un segundo José Manuel Claver». Por eso, en mente del que es presidente en funciones está el hacer «una transición lo más tranquila posible» para que esta organización siga andando y manteniendo el ritmo de trabajo.

Talante no le falta, porque hasta en su tono pausado al hablar -yo no me lo puedo imaginar enfadado- transmite calma. Y ante todo transmite una fe ciega en el equipo que le rodea y en las 79 comunidades de regantes que conforman el Scrats: «Hemos sido siempre, y seguimos siendo, una piña». Ni se le pasa por la cabeza que esa unidad se quiebre. Y lo que sí ofrece a su próximo sustituto es todo ese apoyo. «Esperemos que sepamos elegir y que sea de la casa».