Después de la fiscal tomó la palabra uno de los abogados de la familia de las víctimas, Javier Martínez, que recordó al jurado que «cuando alguien cobra por matar, no tiene escrúpulos». «Sería interesarse saber qué se cobró», espetó.

Subrayó que los rumanos acusados de ser autores materiales actuaron «con premeditación, exigiendo el precio que habían pactado y con ensañamiento».

En este sentido, Martínez puso el acento en uno de los instrumentos utilizados en la muerte de la pareja: la sosa cáustica. «Se utiliza por los criminales para disolver cadáveres, y Juan Cuenca tenía las manos quemadas», precisó.

En opinión del letrado, hay «una cantidad abrumadora de pruebas inculpatorias» contra Cuenca y contra los rumanos. De esta manera, se dirigió a los hombres y mujeres que conforman el jurado popular y les rogó que «colaboren con la Administración de Justicia».

Javier Martínez es responsable de la acusación particular junto con Miriam Van de Velde, letrada que ayer no tomó la palabra en el juicio. Ambos representan a familiares tanto de Ingrid Visser como de Severein, que reclaman las mismas penas de prisión que el Ministerio Público, pero una indemnización más elevada (hasta 100.000 euros, frente a los 50.000 que sugiere la Fiscalía).