Los desórdenes alimenticios que derivan en enfermedades, como la anorexia o la bulimia, son cada vez más precoces, y ya se pueden encontrar casos de menores afectados con doce años de edad que necesitan tratamientos hospitalarios. Son principalmente niñas, aunque también hay chicos que tiene cada vez más trastornos con las comidas.

Según los datos que maneja la consejería de Sanidad, la anorexia tiene una prevalencia regional de 0,3 casos por cada 100.000 habitantes, detectándose entre 40 y 100 nuevos casos al año. En cambio, la incidencia de la bulimia es mayor, del 0,8, y anualmente son diagnosticados entre 150 y 200 nuevos casos.

«Estamos en la media de España, si bien las redes sociales han provocado que ya no sea una enfermedad principalmente urbana o de las grandes ciudades; ahora todo se ha homogeneizado más», apuntó el coordinador de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del hospital Reina Sofía de Murcia, el psiquiatra Gonzalo Pagán.

Esta Unidad fue creada en 2005 y está adscrita al Servicio de Psiquiatría, aunque independiente a éste. Está formada por un equipo terapéutico multidisciplinar, en él hay psiquiatras, psicólogos, enfermeros, auxiliares de enfermería y nutricionistas. Cada año se registran una treintena de ingresos con una estancia media de 60 días.

«Aquí solo recibimos los casos más graves; los que no reaccionan a los tratamientos ambulatorios», indicó, apuntando que habían constatado que la edad de «inicio» en estas enfermedades había retrocedido, sobre todo en los casos de anorexia. «Ya tenemos varios casos de ingresos de niñas de 12 años, en los que las pérdidas de peso son muy bruscas, porque se les va de las manos», apuntó.

El cambio del colegio al instituto, unido a la entrada en la adolescencia, es un momento especialmente delicado para este tipo de trastorno, si bien es más fácil que se desarrolle en pacientes «predispuestos» a este trastorno, por tener poca autoestima.

«Cada vez es más habitual que se asuman los roles adultos a edades más tempranas, en cuanto a estilo de vestir al canon de belleza y de la figura, por ejemplo, lo que se potencia con las redes sociales; y son demasiado jóvenes para poder discernir entre lo que es positivo o negativo», manifestó el doctor Pagán.

De hecho, en muchas web que visitan jóvenes dan consejos para ser más populares, y la delgadez suele estar entre los primeros. Muchas chicas y chicos buscan también reafirmar sus hábitos en las redes sociales.

Por eso, dijo Pagán, es muy importante que la familia «esté vigilante y pendientes de las páginas que visitan sus hijos».

El psiquiatra comentó que los casos que llegan a esta Unidad suelen tener importantes problemas de desnutrición, en relación a la anorexia, y que el tratamiento comienza con un programa de recuperación de peso.

«Al ingresar suelen tener muy poca consciencia de que sufren una enfermedad, y, por lo tanto, están poco motivados para cambiar; no perciben los riesgos a los que están exponiendo a su cuerpo», destacó. De hecho, dijo, los reingresos hospitalarios son frecuentes.