La cuenca del Segura está seca, muy seca. Los últimos datos semanales facilitados por el ministerio de Agricultura no dejan lugar a dudas de que los pantanos están cada vez más cerca, rozándolo ya, del nivel de alerta con unas aportaciones que han caído en picado desde marzo de 2014. Una perspectiva nada halagüeña para los agricultores en el año hidrológico que acaba de comenzar.

Los embalses almacenaban, a 27 de septiembre, 274 hectómetros cúbicos, casi la mitad de lo que tenían en el mismo periodo del año anterior, cuando se alcanzaban los 480 hm3. La media de los diez últimos años ha estado en esta fecha en los 442 hm3 de agua. En la foto, el embalse de la Fuensanta, situado en la cabecera de la cuenca -en Yeste, Albacete-, que almacena 19 hm3 -9% de su capacidad-. El año pasado por las mismas fechas tenía 94 hm3.

Por lo que respecta a las aportaciones en el año hidrológico que acaba de terminar, a la cuenca del Segura le han llegado 248 hectómetros cúbicos, cincuenta menos que el año pasado, según los datos facilitados por la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS). Una cantidad menor considerable teniendo en cuenta la escasez de recursos de la demarcación del Segura.

Debido a la falta de agua, el presidente de la CHS, Miguel Ángel Ródenas, ha advertido que esta situación dificultaría la posibilidad de conceder préstamos de agua a los regantes del Trasvase Tajo-Segura en caso de que éstos lo necesitaran, como todo apunta, dada la sequía que también sufre la cabecera del Tajo.

Además, Ródenas ha apuntado que estando en situación de alerta, también se restringirán las aportaciones a los regadíos tradicionales, por lo que ha pedido «prudencia» a los huertanos a la hora de plantar sus tierras.

Las lluvias de los últimos días de la semana caídas en el entorno de la cuenca apenas han aliviado un poco la sequedad de las tierras de la huerta, especialmente en la vega Media y la vega Baja.

Por lo que se refiere al subsistema del Trasvase Tajo-Segura, las aportaciones que en enero de 2016 habían ´tocado fondo´, situándolo en el nivel de emergencia, se recuperaron tras las lluvias que se produjeron entre mayo y junio. De hecho, esas precipitaciones permitieron que los embalses de la cabecera del Tajo -Entrepeñas y Buendía- se recuperasen hasta subir al nivel de alerta.

Sin embargo, tras ese ´pico´ la línea volvió a bajar volviendo a situarse a principios del mes de septiembre en la línea de emergencia, como se comprueba en el gráfico reproducido en la página siguiente.

Lo que trajo la desalación

Y mientras que las lluvias han sido escasas, las plantas desaladoras que tiene en marcha el ministerio de Agricultura, para paliar la sequía y el descenso del agua trasvasada, tampoco están funcionando a su plena capacidad.

A preguntas de esta Redacción, desde el Ministerio se informó de que la planta de Águilas alcanzó el 67% de su producción y la de Valdelentisco -Mazarrón- superó el 70% de la suya, mientras que la desaladora de Torrevieja (Alicante) comenzó por primera vez su explotación, aportando al sistema 30 hm3.

«Gracias al Real Decreto de sequía se articularon las autorizaciones temporales a todos los usuarios con derechos de riego reconocidos en la planificación hidrológica y que así lo solicitaron», apuntaron desde el departamento de Isabel García Tejerina.

Con todo, las plantas de Torrevieja, Valdelentisco y Águilas han producido en el año hidrológico 2015-2016 105 hm3 de agua desalada, con la siguiente distribución en concreto: 35 hm3 la de Valdelentisco; 40 hm3 la de Águilas; y 30 hm3 la de Torrevieja -su capacidad máxima es de 40 hm3, la mitad de lo previsto cuando se diseñó­-.

Actualmente, el ministerio de Agricultura negocia con Red Eléctrica de España para que «en el menor plazo posible» se mejoren las líneas eléctricas para aumentar la capacidad de producción de agua desalada.