«Las implicaciones pueden ser impresionantes; y determinar la responsabilidad es lo más complicado del caso, porque hay que mirar atrás muchos años». Así de claro se mostró ayer el fiscal de Medio Ambiente y Urbanismo de la Región de Murcia, José Luis Díaz Manzanera, al referirse a la contaminación del Mar Menor; caso que investiga desde hace varios meses.

La secretaría general de la Fiscalía le ha prorrogado otros seis meses el plazo para acabar con su trabajo, «aunque no pienso agotarlo», dijo, y comentó que sigue recibiendo informes y documentación de las distintas administraciones y colectivos implicados en el caso. El paquete más reciente lo ha recibido de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) que le ha remitido más de 500 expedientes. «Ya hay una cantidad brutal de información, tanta que no me cabe en el despacho, pero lo estoy analizando todo con la mayor concreción posible», apuntó Díaz Manzanera, quien no fue capaz de cuantificar el volumen total recibido.

«Son bastantes miles de folios con expedientes de todo tipo», indicó. E indicó que sigue a la espera de recibir el informe con los resultados de los análisis del Instituto Toxicológico de Madrid.

El fiscal comentó que este caso de contaminación del Mar Menor por los vertidos procedentes de la rambla del Albujón, entre otros, es de «mayores dimensiones» que el caso que investiga en la actualidad el juzgado de instrucción número 2 de Cartagena, el primero que denunció Díaz Manzanera.

«Ese caso está mucho más concentrado en el territorio y en el tiempo», dijo, recordando que se circunscribía a la zona del Arco Sur la laguna.

A vista de pájaro

«Desde el cielo se ve todo claro y meridiano; te da una perspectiva mayor» del caso, manifestó el fiscal tras haber sobrevolado en helicóptero hace unos días la laguna y sus aledaños: El brazo de La Manga y el Campo de Cartagena.

En su opinión, tras lo visto, «se cumple el dicho de que ´una imagen vale más que mil palabras´», y espera que se refleje en el reportaje fotográfico y en los vídeos captados por agentes del Seprona de la Guardia Civil que le acompañaban. «Aunque ya había visto fotos quería apreciar en directo el contraste y desde luego las diferentes tonalidades del agua ente el Mediterráneo y el Mar Menor son evidentes», concluyó.