Buques romanos del siglo I y embarcaciones fenicias descansan en los fondos marinos de la Región de Murcia, y no son pocos los aficionados que alguna vez han pensado en bajar y llevarse un recuerdo. Para evitarlo están los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) y los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona). Aunque en la V Zona de la Guardia Civil, en concreto, más de un centenar de profesionales tienen formación en arqueología: algunos, además de agentes, son doctores en Historia y Bienes Culturales.

«La Guardia Civil de Murcia es puntera a nivel nacional. Esta Región es la que más patrimonio histórico está recuperando, y desde otras comunidades han venido hasta aquí, a recibir información para copiar nuestro sistema», explica el sargento del Seprona José Antonio Fernández.

El patrimonio cultural subacuático comprende todos aquellos rastros de existencia humana que estén o hayan estado bajo el agua, parcial o totalmente, durante al menos cien años, y que tengan un carácter cultural o histórico. Ante la necesidad de proteger este patrimonio, en 2001 tuvo lugar la Convención de la Unesco sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático. España se adhería al texto en 2005, recuerda el sargento Fernández.

«La Guardia Civil desde siempre está vigilando tanto los yacimientos terrestres como los subacuáticos», resalta al respecto.

El plan de protección pasa primero por la inclusión de todos los yacimientos en una base de datos y a continuación se centra en formar a los agentes. «En cada puesto de la Guardia Civil hay un responsable de patrimonio arqueológico», apunta Fernández..

Todo es una gran cadena de trabajo en la que cada eslabón demuestra eficacia y profesionalidad. Así, desde el GEAS se llevan a cabo inspecciones de pecios y yacimientos marinos. El Servicio Marítimo controla las embarcaciones, para ver si llevan alguna pieza que sea patrimonio histórico -y, por tanto, de todos- y hay, además, agentes controlando lo que se intenta vender por Internet. El mes pasado, precisamente, el anuncio de venta de una casa fue el detonante de una operación que acabó con el decomiso de varias ánforas y vasijas que un hombre tenía en su domicilio de Cabo de Palos, y que presuntamente habría sacado del mar. Este hombre se enfrenta ahora a una multa millonaria.

La operación ´Ánfora´ se realiza cada verano

  • Para comprobar que nadie se ha llevado nada, los GEAS llevan a cabo inmersiones en los pecios más importantes
  • Los barcos que viven bajo el mar están a buen recaudo. Para comprobar que nadie se ha llevado algo que no debe, los GEAS suelen realizar inmersiones periodicas a los pecios más importantes de nuestras costas, también las de la Región. Para ello, toman fotos de cada pecio y de su entorno y las comparan después de cada inmersión. Además, en verano, durante 15 días, se pone en marcha de forma intensiva la llamada operación ´Ánfora´. Se trata de en efectuar un análisis exhaustivo y minucioso de cada barco hundido. Con el objetivo de que no falte algo que es de todos. Es algo que dejan claro desde la Benemérita: el patrimonio histórico es de todos, por lo que cogerlo conlleva infracciones. Por tanto, si uno pescando se encuentra, por ejemplo, un trozo de vasija, tiene la obligación de avisar a las autoridades. «Lo suyo es no tocar, sobre todo si está debajo del agua», recomiendan desde el Instituto Armado. Un sargento, un cabo y seis guardias conforman el GEAS en la Región. Su sede está en el cuartel de Cartagena, y desde ahí se desplazan al municipio que haga falta. No sólo costero. «Todo lo que tenga que ver con agua, lo hacemos nosotros, como buscar un arma en una balsa de riego», detalla el sargento Cabañero. El grupo no actúa solamente en las fronteras de la Región: se desplaza cuando es preciso. Por ejemplo, trabajaron en la búsqueda de Marta del Castillo en el Guadalquivir.

A la hora de investigar y posteriormente catalogar las piezas, el sargento Fernández elogia «la extraordinaria colaboración» que existe con el Servicio de Patrimonio de la Comunidad, que es «imprescindible».

«Los ojos de los ciudadanos»

Asimismo, hace hincapié en la importancia de «la colaboración ciudadana». «Los ojos de los ciudadanos nos ayudan mucho», admite el responsable del Seprona, que aboga por «concienciar a la gente de que las arqueológicas son piezas de dominio público, que son de todos».

Hace tan sólo unos días, era precisamente la colaboración ciudadana -en concreto, la de José Luis Alcaide- la que permitía recuperar de aguas de Cabo de Palos parte de un ancla romana. Alcaide, que realiza fotografía submarina, la vio de casualidad buceando e hizo lo que hay que hacer: dar parte a la Benemérita.

Fue uno de los últimos rescates destacados de Seprona y GEAS. «El ancla romana estaba compuesta por plomo y madera. La madera bajo agua desaparece y queda la parte metálica», contaba entonces Francisco Cabañero, sargento jefe del GEAS.

¿Quedan muchos tesoros bajo el mar? «Se dice que no se ha descubierto ni siquiera el 10% de lo que hay en España», destaca este sargento, a lo que añade que «la inmensa mayoría» de estas joyas sumergidas «están cubiertas de arena o en sitios de mucha profundidad».

Cabañero reconoce que hace años «no se tenía ni la concienciación ni el control de ahora», por lo que era común que se diesen expolios. Buceadores aficionados se llevaban a sus casas restos valiosísimos. Ahora, además de penalizar, se vigila. Inspecciones en centros de buzeo, por ejemplo, son una tarea habitual del GEAS, apunta su responsable.