Los regantes del Trasvase temen que el agua de la desaladora de Torrevieja que les adelantará la cuenca del Segura deba pagarse inicialmente a 47 céntimos por metro cúbico, en lugar de los 30 que se habían estipulado, aunque posteriormente recuperarían la diferencia. Esta es una de las cuestiones que se plantearon ayer en la junta de gobierno del Sindicato Central de Regantes del Acueducto, según apuntó el presidente de Riegos de Levante Margen Izquierda, Javier Berenguer, quien explicó que los problemas presupuestarios impiden aplicar directamente el precio establecido en el decreto de sequía. Berenguer precisó que, pese a las dificultades administrativas que impiden beneficiarse ahora de la bonificación aprobada por el Gobierno, dan por hecho que finalmente acabarán pagando el precio social de 30 céntimos que se pactó.

Entre las medidas de apoyo al Trasvase por parte de la cuenca del Segura figura un préstamo de 25 hectómetros cúbicos, que el Acueducto devolverá con agua desalada procedente de la planta de Torrevieja, a través del embalse de La Pedera. En el decreto de sequía está autorizada una aportación de 30 hectómetros cúbicos de la desaladora.

Por otra parte, el presidente del Sindicato Central de Regantes, José Manuel Claver, que lleva meses sorteando las dificultades por las que atraviesan los regadíos dependientes del Tajo, que se encuentran en situación de alerta desde hace tiempo, ha criticado la falta de respuesta política a la sequía. En declaraciones a la Cadena Ser, Claver se lamentaba de «la situación dramática que viven los regantes» y alertaba de que «una industria tan potente como la agroalimentaria» se encuentra «en el filo de la navaja».

La entrada de la cuenca del Segura en situación de prealerta empeora aún más las expectativas de los regadíos del Trasvase, que en estos momentos solo pueden esperar 20 hectómetros cúbicos mensuales del Tajo, de acuerdo con las reglas de explotación establecidas en el Memorándum. En sus declaraciones a la Ser, Claver aseguraba que esta aportación apenas da para nada.

Mientras que la cuenca del Segura disponía de unas reservas que aseguraban los desembalses para el riego en las vegas, el Trasvase podía esperar unas ayudas que a partir de ahora serán limitadas. Esto aleja la posibilidad de que la cuenca adelante los ocho hectómetros cúbicos que el Sindicato pretende devolver con caudales procedentes de la desaladora de Escombreras. La situación resulta aún más dramática en el Campo de Cartagena, donde la contaminación del Mar Menor ha obligado a los agricultores a dejar de utilizar las aguas salobres que sacaban de los pozos subterráneos, tras el sellado de las tuberías.