Las costas de la Región de Murcia han sido testigo en solo cuatro días de la presencia de dos tiburones en la orilla del mar, el primero de ellos rescatado por la Cruz Roja en la playa de Bolnuevo en Mazarrón y el segundo, de casi tres metros de largo, en el puerto de Cartagena el miércoles. Ambos eran tiburones azules, también conocidos como tintoreras, una especie cuya presencia es muy habitual en nuestras costas, junto con los marrajos -declarado una especie protegida- e incluso el tiburón blanco. «Son especies cosmopolitas, buscan comida en nuestras costas y es muy raro que lleguen a morder a un humano», explica Fernando de la Gándara, director del Centro Oceanográfico de Murcia.

Además, según indica De la Gándara, cuando se avista un tiburón jamás se debe ir a por él, y cuando el escualo llega hasta la costa también puede ser una indicación de que «no está bien».

El tiburón azul o tintorera es un depredador con necesidad de nadar constantemente debido a que puede llegar a asfixiarse si se encuentra parado. Además, según indican los expertos, sus desplazamientos siempre se encuentran determinados por la necesidad de comida o de reproducción, como ocurre con cualquier otro ser vivo. «Los tiburones son animales que se mueven en los océanos, en tres dimensiones, y además eligen en qué zona prefieren estar según la temperatura del agua: si quieren estar a una temperatura más fresca se sumergen más. Cuando se ven en espacios tan reducidos como en la costa y con el oxígeno más bajo por estar en un entorno con el agua más caliente, el animal se encuentra desorientado, e incluso puede que enfermo», detalla el director del Centro Oceanográfico de Murcia, que indica también que precisamente por ello, en algunas ocasiones, los tiburones que llegan a la costa y son vistos por los bañistas pueden presentar manchas.

Un hecho anecdótico

Por otro lado, el experto indica que es algo «anecdótico», y también en zonas como en Galicia este mismo verano se han visto varios tiburones de este tipo, pero apunta que no deja de tratarse de casos aislados e «incluso raros, en los que en ningún momento hay ningún peligro, siempre y cuando a niguna persona presente se le ocurra ir a por él», indica.

«No debemos alarmarnos por ello, es algo natural, de hecho, seguramente, el pez tiene más miedo incluso que el humano. Recuerdo que la lonja de Águilas hace años daba miedo, era una zona llena de marrajos», añade.

Por otra parte, De la Gándara aconseja a todos los bañistas, en el caso de encontrarse con un tiburón estando dentro del agua, alejarse tranquilamente sin hacer nada al animal y actuar con tranquilidad. «Los peces suelen mostrar, de hecho, bastante pánico al hombre. Muchos de los ataques que se les han atribuido a los tiburones en estas zonas han resultado ser provocados por el espetón, que es la barracuda mediterránea, o incluso por una dorada», especifica, relatando los dos avistamientos como simples anécdotas.

Por su lado, la directora autonómica de Socorro y Emergencias de Cruz Roja, María José Vera Ros, aconseja avisar cuando se vean tiburones a las autoridades más cercanas en los puestos o al 112 si se está alejado. «Una vez llega el aviso las autoridades saben perfectamente cómo se tiene que intervenir y cómo alejarlos sin poner en peligro la vida de nadie: ni la del animal, ni del bañista», explica Vera Ros.

Tras poder ver a uno de estos depredadores -más comunes de lo que pensamos en el Mediterráneo- en el puerto de Cartagena, el presidente de Anse (Asociación de Naturalistas del Sureste), Pedro García, describía el acontecimiento como «un hecho muy excepcional», debido a que no se veía un tiburón en las proximidades del puerto de Cartagena «desde hace más de una década», según indicaba García.