Rosa Peñalver (San Javier, 1954) preside desde hace un año la Asamblea Regional y está contenta con el cambio que se ha producido. Afirma que se siente respetada por todos los diputados, pide a los grupos una mayor profundización en los temas importantes para el próximo curso político y reconoce que echa de menos el debate cuerpo a cuerpo.

Vive usted en primera persona la nueva etapa política, marcada por el fin del bipartidismo. ¿Qué destacaría, para bien y para mal?

Pienso que esta nueva etapa está siendo muy positiva, por lo que supone de enriquecimiento el hecho de que en los parlamentos hayan aparecido grupos políticos nuevos, con una manera diferente de entender la política y con unas formas nuevas de abordar la solución de los problemas. En democracia, el pluralismo es riqueza. Solo le encuentro ventajas, porque hemos acabado con el bipartidismo que había predominado durante 34 años en la Región. Eso no era bueno para el sistema democrático. Hemos mejorado en calidad democrática y vivimos un buen momento.

¿Está ahora la Asamblea más cerca de los murcianos?

Estamos cumpliendo el objetivo que nos marcamos a principio de legislatura de abrir la Asamblea, para que sea un Parlamento abierto y que los murcianos sientan que es su casa, a la que pueden acudir para encontrar respuestas a sus problemas. Me llamaba la atención cuando los representantes de colectivos y ONG's que han visitado este año la Asamblea me decían al saludarme que era la primera vez que venían a la Cámara. El cambio ha sido importante, sustancial y para bien. Las mayorías absolutas han hecho que los ciudadanos tuvieran inconscientemente la sensación de que la función del Parlamento era mínima, que lo que se discutía aquí no iba a ningún sitio. Hoy es al revés. La gente ve que lo que se aprueba en la Asamblea va hacia delante, tiene camino.

Una de las críticas de la oposición al Gobierno es que no cumple con los mandatos de la Asamblea. ¿Está de acuerdo?

Las leyes son de obligado cumplimiento. Si alguien no cumple una ley aprobada en el Parlamento, tendrá que asumir las consecuencias. La oposición está ahí para hacer la labor de control al Gobierno. Pero también tengo que decirle que las cosas requieren su tiempo, y en un tramo de tiempo suficiente deberemos valorar si las cosas que han aprobado se están llevando a cabo después o no. Insisto en que para eso está la oposición. Es su tarea.

Este primer año de legislatura 'plural' se está caracterizando por un alto nivel de acuerdo. ¿Deberían mirar los políticos de Madrid a la Asamblea Regional?

No somos un mal ejemplo. En un sistema parlamentario democrático, los partidos tienen que dialogar, discutir, negociar y alcanzar acuerdos. Eso en Europa es normal. Lo que no es normal en este país es que se actúe siempre desde el cortoplacismo. Hay que poner las luces largas, porque conducir un país o una región requiere eso. No vale solo el día a día. Improvisar en política no es el mejor negocio. Creo que a veces no hay negociadores de altura en algunos partidos políticos. En estos momentos, la política requiere de personas con capacidad suficiente para alcanzar acuerdos.

¿Cree que hay demasiadas comisiones de investigación, como critica el Gobierno? ¿Qué están aportando?

Los grupos políticos tienen total autonomía y si consideran que esas comisiones son las que necesita la Región, pues esas son las comisiones. No opinaré sobre si son muchas o pocas. Pero sí le diré una cosa. El hecho de que haya más o menos comisiones de investigación no ha impedido para nada que el resto de iniciativas y trámites parlamentarios salieran adelante. En un solo año hemos tenido 175 sesiones más que el mismo periodo del año anterior, a pesar de tener dos campañas electorales de por medio. No me parece mal que los ciudadanos de esta Región sepan cuál ha sido la gestión de muchos temas que han supuesto mucho dinero público. Las comisiones están aportando luz, claridad y responsabilidades políticas que los ciudadanos deben conocer y saber. Los políticos estamos obligados a responder de nuestras decisiones.

Ha tenido este año sus más y sus menos con el portavoz del PP. ¿Se siente respetada?

Mis relaciones con todos los diputados y diputadas son afectuosas y cordiales. Es cierto que con el portavoz del PP he tenido discrepancias importantes, que se solucionan simplemente aplicando el reglamento, que para eso está. Es posible que a alguien en algún momento le ha costado adaptarse al nuevo Parlamento y al nuevo estilo, pero todos hemos ido adaptándonos y esas fricciones han desaparecido.

¿Se ha quedado con ganas de expulsar a alguien del pleno?

No, ni creo que tenga que hacerlo. Estoy convencida de que presido un Parlamento, dejé de estar en un colegio.

Bono declaró que hubiera expulsado a Pablo Iglesias cuando dijo que González tenía las manos manchadas de cal viva. ¿Qué hubiera hecho usted?

Le hubiese pedido que reconsiderara esas palabras para que no constaran en el diario de sesiones. Puedo entender que en el fragor de la batalla dialéctica alguien diga cosas que no piensa o no siente. Le habría dado la oportunidad de reflexión.

¿Qué le pide a los partidos en esta legislatura?

Pediría un poquito más de calma, hacer las cosas sin prisa pero sin pausa, y una mayor profundización en los temas importantes. Es decir, ir a iniciativas de calado, potentes, que den el impulso que necesita esta Región.

¿Qué Estatuto le gustaría tener a usted? ¿Será posible el acuerdo global?

Nuestro Estatuto tiene 34 años y está desfasado, tenemos que ir a un Estatuto donde se recoja claramente cómo se gestiona la pluralidad. Hay que actualizar los derechos, y sobre todo los deberes, de los diputados y diputadas, recoger la votación no presencial... Es importante que lo abordemos ya. Estoy convencida de que el Estatuto que aprobaremos será, sin duda, mejor que el que se hubiese podido aprobar en la anterior legislatura. Ahora representará el sentir de más ciudadanos, pues hay dos partidos nuevos.

Su mejor día como presidenta y su peor momento...

Me emocioné mucho el día que aprobamos una iniciativa para el Tercer Sector, que estaba el salón de plenos lleno. Ver a gente que nunca había entrado a la Asamblea aplaudiendo en pie a los diputados... Sentí que, de verdad, la Asamblea era el espacio de todos, la casa de la soberanía. Ese día me emocionó bastante. No he tenido ningún día de pensar 'tierra, trágame'. Pero sí tengo días en los que me gustaría subir a la tribuna para poder debatir los temas. Eso sí me gustaría. Me encanta el debate cuerpo a cuerpo.

¿Cree que habrá moción de censura?

No creo que esté en la mente de ninguno de los partidos, sinceramente. Igual estoy equivocada.