La dirección general de Farmacia ofrece una serie de recomendaciones para evitar que las altas temperaturas que se experimentan durante los meses estivales puedan influir en los tratamientos farmacológicos, especialmente en los de pacientes crónicos, polimedicados o de avanzada edad.

Algunas de las recomendaciones son revisar si los medicamentos pueden alterar la adaptación del organismo al calor, y si es así, utilizarlos con precaución; consultar con el especialista para que evalúe la necesidad de estos tratamientos analizando posibles beneficios y riesgos; evitar los antinflamatorios no esteroides, especialmente nefrotóxicos como Ibuprofeno o Indometacina en aquellos casos de deshidratación; y en caso de tomar diuréticos, verificar que la ingesta de líquidos y sodio están adaptadas.

La directora general de Farmacia, María Teresa Martínez, considera que «es importante que los ciudadanos hagan un buen uso de los medicamentos en caso de ola de calor». Martínez insistió en «la necesidad de vigilar las condiciones de conservación de los fármacos y revisar los factores de riesgo». Además, «hay medicamentos que pueden inducir una hipertermia y que pueden acentuar de forma indirecta el golpe de calor como son, entre otros, antihipertensivos y antianginosos. Por ello, ante cualquier duda o consulta es fundamental contactar con el facultativo o farmacéutico para recibir un correcto asesoramiento».