Ailimpo es el ‘lobby’ del sector del limón y pomelo español desde el año 1998. Tres personas decidieron organizarlo en una interprofesional, convirtiendo a Murcia en su punto base y desbancando a Valencia como centro del sector. José Antonio García desgrana algunos aspectos del sector y de la política agroalimentaria murciana, de los políticos y otros factores que pueden afectar a su futuro.

¿Qué elemento ha sido clave para que el sector del limón esté donde está a escala nacional e internacional?

El importante proceso de reinversión en el sector. Esto ha permitido afrontar una modernización a todos los niveles: campo, exportación e industria que nos va a permitir afrontar el futuro con más y mejores opciones.

¿Temen que los buenos datos de las últimas campañas atraigan a más productores?

Es cierto que exportamos limones y pomelos a 90 mercados en todo el mundo; que el sector es rentable y que somos líderes en Europa. Pero eso solo se logra con personas comprometidas y profesionales y con un espíritu emprendedor. Que nadie se engañe: los números del último año no reflejan la normalidad. Nadie debería tomar decisiones de futuro solo con estos datos. Tenemos una oportunidad histórica para consolidar el sector de limón, pero con orden, sensatez y sentido común, sin locuras, y eliminando la especulación, entre otras cosas.

¿Sufre mucho su sector con la especulación?

Hay individuos que cuando les preguntas a qué se dedican te contestan «soy especulador de limones». Son un cáncer para el sector, manipulan la realidad y distorsionan el mercado en origen. Es importante expulsarlos del mercado y eliminarlos. El uso del contrato de compraventa de Ailimpo y el compromiso de las administraciones públicas que deben vigilar esta actividad es fundamental.

Cuando la consejera Adela Martínez-Cachá se hizo cargo de Agricultura se comprometió a hacer un censo de las explotaciones. ¿Cómo va?

Nadie ha movido un dedo, pese a que fue un compromiso político. No tiene sentido que aún no sepamos ni la superficie exacta, ni las variedades, ni la edad de las plantaciones, ni el número de árboles. Da la sensación de que la consejera se ha desinflado, quizás superada por la realidad. Hizo lo difícil, renovar el equipo y aportar aire nuevo, pero tras un año no se percibe estrategia ni dirección de la orquesta. Y ¡ojo!, que hay un equipo de directores generales y jefes de servicio fantástico. Pero las piezas no acaban de funcionar. Quizás no esté bien asesorada.

¿Cómo llevan el relevo generacional?

El relevo generacional se ha consumado, con una media de edad de 40 a 45 años: Profesionales con ganas de desarrollar el negocio a largo plazo. No es un sector de oportunistas sino de empresarios, jóvenes y formados, en el que se incorporan las mujeres a la primera línea de gestión.

¿Qué futuro le espera al sector si sigue faltando agua?

Este asunto nos preocupa mucho porque condiciona no solo nuestros costes de producción sino nuestra viabilidad y capacidad de desarrollo. Pero pongamos las cartas boca arriba: no podemos permitir que un árbol se seque por falta de agua, y menos a costa de primar, por ejemplo, cultivos hortícolas.

Hace un año entraron nuevos políticos en el escenario regional. ¿Qué opinión le merecen?

El panorama político es desolador. El mundo de la apariencia y simulación parece ser su hábitat natural, no se centran y han perdido en gran medida el contacto con la realidad. El espectáculo en la Asamblea Regional es preocupante. Un ejemplo lo vimos en el pleno sobre las negociaciones del TTIP entre EE UU y la UE: Mi hijo, con 6 años, se expresa y lee mejor que muchos diputados que intervinieron. Sólo salvaría a los de Podemos. Lástima que su posición esté muy alejada de la nuestra.