El agosto más atípico ha alterado los planes de vacaciones de los líderes de los partidos, y no tanto porque se reduzcan de modo considerable sus días de descanso, sino porque no saben cuándo podrán tenerlos.

El Ejecutivo murciano celebrará en agosto dos de sus Consejos de Gobierno, pero el presidente, Pedro Antonio Sánchez, hará escapadas en familia algunos días en los que sus compromisos sean menores a su localidad natal, Puerto Lumbreras, a la vecina costera de Águilas y a la malagueña Antequera, de donde es natural su esposa. Aprovechará también para leer, una de sus mayores aficiones, visitar algunos rincones de la Región, sobre todo de la costa, y realizar por la comarca del Noroeste algunas rutas de senderismo, que le apasiona. Desde su gabinete apuntan que «va a estar muy pendiente del ritmo de los acontecimientos que se produzcan para la formación de Gobierno central, consciente de que la Región se juega mucho en las próximas semanas en función del resultado de esas negociaciones».

Rajoy, Sánchez y Rivera han anulado sus vacaciones a la espera de acontecimientos, y por extensión, los cuadros altos y medios de las fuerzas políticas. Las instrucciones del Gobierno y de los partidos son claras: nada de irse fuera de España y nada de dejar el teléfono apagado.

El líder del PSOE y el de C's intercalarán escapadas a Mojácar y a Barcelona. El primero para estar con su mujer y sus hijas; el segundo para pasar más tiempo con su pareja y su hija.

El líder del PP decidirá sobre la marcha cuándo y cuántos días podrá viajar a Pontevedra para acompañar a su mujer y dedicar las primeras horas de la mañana a caminar. Por su parte, Pablo Iglesias, mantendrá las alertas encendidas en su sede, así que su plan estival quedará reducido a efímeras escapadas.

Algunas como la presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, ha renunciado a las vacaciones, e irá casi a diario a su despacho, y prácticamente lo mismo le pasa al president de la Generalitat, Carles Puigdemont.