Hasta 25 catas tendrán que hacer los agricultores periódicamente en las parcelas cultivadas en el campo de Cartagena para analizar el nivel de los nitratos de las tierras, unos controles que deberán repetirse en las aguas vertidas tras el riego y que desembocan finalmente en el Mar Menor a través de las ramblas.

Así consta en la nueva orden de zonas vulnerables a la contaminación por nitratos puesta ayer sobre la mesa por la consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, en la reunión a la que convocaron a las organizaciones agrarias, las cooperativas y la comunidad de regantes de la comarca.

La nueva orden forma parte de la «hoja de ruta» de la Consejería para acabar con la contaminación de la laguna. Los agricultores manifestaron que, a priori, no les iba a suponer ningún problema, puesto que «ya lo venimos haciendo para poder recibir las ayudas europeas; los controles de calidad son muy exhaustivos», apuntó el portavoz de Coag en el Campo de Cartagena, Vicente Carrión.

Sin embargo, la nueva orden va a suponer un «importante sobrecoste» para los agricultores, ya que ellos deben correr con los gastos de los análisis, informaron fuentes consultadas: «No todos los cultivos son tan rentables». Los agricultores esperan que la Consejería les concrete más cómo hacerlo «para evitar malas interpretaciones».