El verano es sinónimo de tiempo para la playa, la diversión y el descanso pero, ojo, también es la época en la que surgen ciertas molestias que pueden acabar en una visita a un centro de salud, o incluso en un hospital. Son las picaduras de insectos, las afecciones gastrointestinales y las otitis; o lo que es lo mismo: los problemas más frecuentes en las salas de Urgencias durante el periodo veraniego, según destacan los responsables de Urgencias de los hospitales Quirónsalud de Murcia y Torrevieja.

Los problemas gastrointestinales pueden llevar al paciente a quedar ingresado, por su gravedad, como dice el jefe de Urgencias del Hospital Quirónsalud Torrevieja, el doctor Juan Costell. «Las gastroenteritis agudas suelen ir acompañadas de vómitos, aumento en el número de deposiciones, diarreas, fiebre elevada e intolerancia oral», indica el doctor, quien añade que el origen suele estar en una intoxicación alimenticia. «El principal peligro es la deshidratación severa, sobre todo en los niños y las personas mayores».

¿Cómo se evita un problema gastrointestinal en verano? El principal consejo pasa por la higiene de las manos antes de preparar los alimentos y el consumo de la comida, preferentemente, recién elaborada o bien refrigerada, ya que el calor puede alterar su estado.

La otitis es un problema de menor gravedad, aunque sí es el más frecuente en las consultas de Urgencias. Suele producirse como consecuencia del baño tanto en las piscinas como en el mar. La acción de la humedad produce una alteración en el epitelio del conducto auditivo externo, lo que provoca, a su vez, que los gérmenes que habitualmente están en el conducto penetren y, así, se ocasiona la infección.

Por ello, para prevenirla es importante no nadar en agua contaminada, no introducir objetos en el conducto auditivo, utilizar unos tapones adecuados y mantener los oídos secos y limpios.

Ante todo. precaución, recomiendan los expertos. Como aconseja el doctor Fulgencio Molina, jefe de Urgencias del Hospital Quirónsalud Murcia, «el verano es la época en la que, como consecuencia del incremento de los desplazamientos y los viajes, las actividades al aire libre y la exposición al sol, se multiplican los riesgos de la población de sufrir algún suceso inoportuno». Así que es importante «aumentar la precaución en las actividades que practicamos al aire libre durante los meses veraniegos y evitar los problemas».

Otra molestia 'clásica' en el periodo estival es la picadura del insecto. Los más frecuentes, afirma el doctor Molina, son las picaduras de mosquitos, avispas o abejas. «La sintomatología típica es meramente cutánea (picor, ardor intenso, rojez e hinchazón) y puede combatirse con cremas antiinflamatorias o con antihistamínicos», describe el médico, quien añade que en personas pueden aparecer reacciones exageradas, como ampollas, sensación de asfixia, dificultad respiratoria, hipotensión o 'shock'.

Pulseras para los alérgicos

En los casos más graves, es importante ir siempre identificados mediante pulseras. De hecho, la primera vez, la persona puede quedar sensibilizado al veneno y sólo sufrir una hinchazón local de la zona, pero si ya ha desarrollado alergia, la segunda vez que sufra una picadura puede tener, en pocos minutos, una reacción sistémica o anafiláctica grave.

Para evitar las picaduras, es importante aplicar los repelentes adecuados sobre la vestimenta, la piel o la ropa de cama y colocar mosquiteras en las habitaciones.

Otros problemas típicos del verano son las conjuntivitis irritativas, las infecciones por espinas de erizo o las reacciones cutáneas tras contacto con una medusa, las quemaduras solares, las cistitis, las faringitis por el aire acondicionado o el 'pie de atleta'