­­­El encuentro con la consejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente se produjo el pasado marte, día 12, víspera del Debate sobre el Estado de la Región. En el transcurso de la entrevista hubo algunos elocuentes silencios, pero sobre todo dos argumentos clave: el Mar Menor no podía esperar más, y la toma de decisiones deben hacerse teniendo en cuenta la opinión de todos los sectores implicados. Su decisión más difícil desde que es consejera: mandar un requerimiento a la Confederación Hidrográfica del Segura para sellar las tuberías que vierten salmueras de los pozos de riego a la laguna, a través de la rambla del Albujón.

Se acaba de cumplir un año de su gestión como consejera en el Gobierno de Pedro Antonio Sánchez. ¿Qué valoración hace de este tiempo, en comparación con los meses que estuvo al frente de Agricultura con el anterior presidente, Alberto Garre?

El balance de año es de muchísimo trabajo, ilusión y dedicación. Estar en contacto directo con el sector agrario, con los ciudadanos, con distintos colectivos escuchar mucho y tomar decisiones de la mano de todos, que es el estilo que este Gobierno está marcando en la forma de hacer política. Lo que se ha logrado ha sido bajo el principio del consenso y el acuerdo. No ha sido de manera unilateral. Los primeros meses, con el anterior Gobierno, yo acababa de salir del ayuntamiento de Murcia, sin finalizar la legislatura, y me encontré con una Consejería muy compleja y había un ambiente de provisionalidad.

¿En qué sentido?

Eran los últimos meses de la anterior legislatura y el sector no tenía claro que yo fuera a perdurar más allá de ese tiempo. Y también, por mi parte, me centré en estudiar el funcionamiento de la Consejería, cómo estaba estructurada... Pero eso luego me permitió tener claro el modelo de Consejería que quería y en esta etapa no perdí tiempo y me zambullí de lleno en el día a día.

Entonces ese escuchar, escuchar y escuchar es la base del modelo de la política agroalimentaria que usted defiende.

Me parece decisivo el estilo de codecidir con el sector. Consensuar antes de tomar decisiones pues ellos son los protagonistas y si no lo haces de su mano, te vas a equivocar seguro.

¿Se ha llevado alguna decepción en este tiempo?

Sinceramente, no. Me siento muy afortunada por trabajar con un sector estratégico de la Región, el agrícola y ganadero, en el que hay gente de verdad que se han hecho así mismos en la mayoría de los casos. A los políticos nos anclan a la realidad, porque están en contacto con la tierra, están entregados a su profesión y en minutos pueden perder, por una granizada o una lluvia fuerte, todo lo que tienen. Eso les hace ser auténticos.

Pero la decisión política final a veces choca con sus intereses.

Puede, pero te impregnan de su capacidad de lucha. Ellos son luchadores y tú no puedes serlo menos.

¿Cuáles son en estos momentos los asuntos que más le preocupan?

El déficit hídrico y la regeneración ambiental del Mar Menor. Esta tiene que ser la legislatura de un Pacto Nacional por el Agua.

Como murciana y como política, ¿no está cansada de estar luchando tantos años para convencer al resto del país de la necesidad que esta Región tiene de agua? ¿Por pelear por cada metro cúbico de agua?

Nos hemos dejado la piel y hemos resuelto campaña a campaña la necesidad de agua de los agricultores, que tienen unos compromisos comerciales que cumplir. Pero es cierto que es una contínua sensación de incertidumbre, pese a ser un sector tan estratégico, pues somos la fábrica de alimentos para Europa y el mundo. Y esta próxima legislatura, que parece que por falta de mayorías absolutas podría ser un problema para alcanzar este Pacto, tiene que convertirse en una oportunidad. No podemos perder otros cuatro años.

La degradación de Mar Menor no es un problema de hoy. ¿Ha tenido que intervenir el fiscal de Medio Ambiente para que las administraciones regional y central se lo tomen en serio?

No, se le ha dado un impulso a su solución por el mismo estado del Mar Menor. En los últimos meses las analíticas han venido advirtiendo que aunque las aguas son aptas para el baño, la laguna estaba siendo colonizada por un tipo de algas invasoras de crecimiento y muerte rápida que desplazaban a las autóctonas. Y que, además, estaban acelerando el proceso de eutrofización del mar. Por eso, el 18 de mayo insté, como autoridad ambiental competente, a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) a acabar con los vertidos de alto contenido en nitratos a la rambla del Albujón, que llegan a la laguna. Era una medida necesaria y contundente.

Ha sido una decisión muy criticada desde el sector agrario, que insiste en que utilizan el agua de pozo porque no tienen otros recursos para regar.

Y nuestro objetivo final es hacer compatible la actividad agraria con el cuidado ambiental y estado óptimo de la laguna, que es posible. Pero la situación no tenía espera; en pocos meses el proceso de eutrofización del Mar Menor había avanzado muy deprisa. De ahí las decisiones a muy corto plazo, como el cese inmediato de los vertidos. No fue fácil. Seguramente ha sido uno de los momentos más complicados y una de las decisiones más complejas que he tenido que tomar.

¿Se llegará a tiempo?

Son muchos expertos de la comunidad científica, que es puntera, que coinciden en afirmar que en este punto, el proceso es reversible. Y en eso nos tenemos que centrar. No estoy aquí para mirar hacia atrás. Y quiero que una cosa quede clara: A la Comunidad, corresponder corresponder no le corresponde hacer nada. Pues yo para poner en marcha el filtro verde en las ramblas del Albujón y de Miranda que evite la entrada de nitratos a la laguna he tenido que pedir permiso a la CHS, ya que los cauces públicos son de su competencia.

Entonces, le están haciendo el trabajo al Ministerio.

Nosotros queremos ser parte de la solución y hemos apostado por el filtro verde; pero paralelamente participamos con el Ministerios en la tramitación ambiental de los colectores que eliminarán los vertidos a la laguna. Llevamos 9 meses trabajando con Madrid en el tema del gran colector, pero es muy complejo y con una tramitación tediosa.

Antes ha comentado que no le gusta mirar hacia atrás, pero en el caso del deterioro del Mar Menor no hay más remedio. Científicos, agricultores, vecinos... Muchos llevan años advirtiendo de que la laguna se moría... Y la Administración no ha actuado de manera contundente.

No es cierto. Se nos olvida un hito importante: al Mar Menor no le llega vertidos procedentes de aguas residuales. El sistema de depuración de la Región es modélico. Y ese trabajo se ha hecho. Como también se han construído en el último año cinco tanques de tormentas para evitar la llegada de las escorrentías procedentes de las lluvias a la laguna. Siempre se podía haber hecho más, siempre; pero se han hecho cosas.

Hace unos días dijo que ya había vertido cero al Mar Menor

No, no; yo me refería al sellado de la tubería que vierten salmueras de los pozos de riego a la rambla del Albujón, que sí había cortado los vertidos. Estuve allí y vi cómo se hacían los trabajos. Ese es el dato que tengo. Pero sí es cierto que ese día se logró.

¿Se ha planteado asumir la gestión que tiene ahora la CHS de esos pozos, ahora ilegales, una vez que esté en marcha el gran colector y se puedan legalizar sus uso para riego?

Nosotros ya le hemos presentado al Ministerio un modelo de convenio para que la Consejería gestione el colector de salmueras cuando esté acabado. Sería a través de la Entidad de Saneamiento regional, Esamur. Este organismo se encargaría de cobrar el canon de vertido. Por lo que respecta a los pozos del Campo de Cartagena, podrían ser legalizados en el marco del Decreto de Sequía y me consta que la CHS ya está haciéndolo. Pero ahí nosotros no intervendríamos porque son pozos privados. El camino jurídico para legalizar los pozos y las desalobradoras está abierto, pero falta la infraestructura para controlar las salmueras.

En la calle se comenta que las relaciones entre la Consejería y la CHS no pasan por su mejor momento.

Es más leyenda que realidad, aunque reconozco que sí pudo haber un momento tenso con el requerimiento que les enviamos en mayo para sellar los vertidos.

¿Se siente sola en la lucha para recuperar la laguna? ¿no echa en falta más apoyo de otras consejería como Fomento o Turismo?

En absoluto, trabajamos las tres consejerías y otras más, como Sanidad, pues este asunto está trasladado al Consejo de Gobierno. Vamos todos a una. Pero a mí me toca tener más protagonismo por tener las competencia en agricultura y en medio ambiente.

Hace unos días Ecologistas en Acción criticó duramente el nuevo plan de gestión integral del Mar Menor y de la franja litoral. Dijeron que se había perdido un año, porque apenas había cambios respecto al primero.

No estoy de acuerdo. No hemos perdido un año, lo hemos ganado. El texto se ha enriquecido con las alegaciones presentadas. Es mejor porque se ha sometido a un proceso de participación pública. Era necesario un segundo texto porque teníamos que incluir las directrices de abril de 2015 aprobadas en Consejo de Gobierno. También se ha adaptado a la Ley de la Biodiversidad. Llega en un momento muy especial. Ahora todos los colectivos lo harán suyo. Era necesario un nuevo proceso de participación ciudadana. Estoy segura de que va a ser un éxito.