¿Qué valor tiene la ropa que ya no utilizas? Mucho para aquellos que más lo necesitan. Y más si aquello que se deposita se puede transformar en un contrato de trabajo o en la alegría de un niño que recibe un juguete.

Proyecto Abraham es una entidad sin ánimo de lucro que ayuda a cubrir las necesidades de personas en riesgo de exclusión social. Y ello, a través de un «viaje cíclico» que comienza con la recogida de ropa, calzado y juguetes a partir de contenedores instalados en distintos municipios de la Región. El valor de estos materiales es que consigue ofrecer oportunidades en forma de contratos de trabajo a personas que se encontraban en situación de exclusión social y con bajo nivel de empleabilidad en este último año.

El proyecto se basa en un itinerario personalizado de inserción, acompañando a personas en su paso al mercado laboral, consiguiendo así

su inserción social.

A través de contenedores distribuidos por más de 1.000 puntos de la Región, recogen los materiales que luego tratan en los almacenes. Una vez allí, se procede a su clasificación para establecer qué va a tiendas, qué va a ropero y qué se manda a plantas de reciclaje. Se trata de un modelo de economía social y solidaria que, por un precio simbólico, da salida a ropa usada hacia familias con recursos económicos escasos o simplemente a personas que se sienten cómodas contribuyendo a la sostenibilidad medioambiental.

Hoy, aquellas personas que atravesaron circunstancias complicadas y que un día llegaron abatidas y cabizbajas, son personas empoderadas, radiantes, creativas, con ganas de seguir adelante y de comerse el mundo, defienden desde Proyecto Abraham.

«Empezamos trabajando el tema de la autoestima, ya que el perfil de los que llegan a nosotros es el de personas muy dañadas que han pasado por momentos muy delicados», cuenta Felicidad Cano, coordinadora del proyecto.

Una vez «empoderados» llega la fase de orientación. «No han estado aquí meses y meses formándose para luego no empezar a trabajar», añade Cano.

El proyecto concluye y se prepara ya para acoger a los participantes de la próxima edición de ´Camina entre telas´ con una apuesta clara: el deseo de abrir una tienda en el centro de Murcia y el convencimiento de que el futuro prometedor para estas personas no ha hecho más que empezar.

Meses de trabajo en los que se han elaborado piezas únicas. Bolsos, delantales, faldas e incluso ropa de perritos. El amarillo impera en la exposición de ropa del taller de costura. Sin duda, «síntoma de la alegría».