El principal invitado a la XXXVIII Asamblea General de CROEM fue el presidente de CEPYME y vicepresidente de la CEOE, Antonio Garamendi, quien se perfila como posible de sustituto de Joan Rosell al frente de la patronal estatal. Previamente a la Asamblea, Garamendi y Albarracín atendieron a los medios de comunicación en una rueda de prensa en el que el vicepresidente de CEOE arremetió «contra esos empresarios que contratan por tres horas y hacen trabajar a sus empleados ocho horas» y también contra «el absentismo laboral», que según él vuelto a subir coincidiendo con la mejora de la situación económica. «Por absentistas me refiero a aquellas personas que hacen trampas para no ir a trabajar», precisó Garamendi, que cifra a estos en 700.000 personas en España.

Tanto Garamendi como Albarracín manifestaron su preocupación por la situación de la hucha de las pensiones, que se encuentra en niveles mínimos, urgiendo a la convocatoria del Pacto de Toledo para abordar este problema, causado, según los representantes empresariales, por el envejecimiento de la población y la dificultad de los jóvenes para acceder al mercado de trabajo.

El vicepresidente de la CEOE apoya las reivindicaciones de agua de los empresarios murcianos, «porque España debe ser una nación solidaria», y ensalzó las iniciativas para reducir la burocracia administrativa. «Es un disparate que un aficionado a la pesca necesite 17 licencias para poder pescar», se quejó Garamendi.

Albarracín anunció que en septiembre convocará una cumbre de empresarios del Arco Mediterráneo para presionar por el agua y el Corredor Mediterráneo. Como publicó LA OPINIÓN, el presidente de CROEM presumió de que la confederación avanza hacia la total independencia económica, algo que es posible porque cada vez son más las empresas murcianas que se suman a la patronal. Así, señaló que desde que es presidente se suele desplazar a las empresas para conocer de primera mano sus problemas.