La Plataforma feminista Marcha 7-N Región de Murcia convocó ayer en la murciana plaza de la Merced una protesta para hacer pública la situación de Giuliana, una madre peruana que lleva 103 días sin ver a su hija, ya que perdió la custodia compartida de la pequeña, que tiene cuatro años.

Apoyada por un grupo de ciudadanas y ciudadanos de la Región, entre ellas María Betanzos, la madre de Cristina Iglesias, presuntamente asesinada hace casi un mes cuando se resistió a ser violada, Giuliana explicó entre lágrimas que se le asignó un punto de encuentro familiar en Cartagena para ver a su hija. Debido a la lista de espera en el lugar, aún no lo ha logrado.

«Llevo 103 días sin ver a mi hija, sin saber nada de ella, sin saber si ríe, si llora, si juega; sin poder abrazarla, sin poder besarla, sin que sepa que su madre está aquí para luchar por ella», declaró muy emocionada.

Agarrados a una pancarta en la que se podía leer ´Si tocan a un@ nos tocan a tod@s´, y arropadas por mujeres y jóvenes de distintas edades del colectivo 7N, Giuliana y María se abrazaron, unidas por el dolor de no poder estar con sus hijas.

«Me discriminan por ser mujer y por ser inmigrante, a algunos les ofende el color de mi piel», exclamó con rabia la joven peruana, e hizo un llamamiento a todas las madres, a toda la sociedad, para que la ayuden en su lucha, porque «no soy yo sola, somos muchas».

«Se me acusa de tener problemas mentales, sin ser cierto, para quitarme la custodia; y mientras, mi hija habla, pero nadie la escucha».

Previo al actual caso de lucha en los tribunales por recuperar la custodia de su hija, hubo una denuncia por amenazas contra su exmarido que fue archivada por falta de pruebas.

«Vergüenza»

María Betanzos no quiso perder la ocasión para solidarizarse con el dolor de otra madre que no puede estar con su hija.

«Es vergonzoso que no pueda estar c0n la pequeña porque no hay suficientes puntos de encuentro familiares; es vergonzoso que los políticos» no trabajen para solucionarlo.

El colectivo tiene previsto seguir convocando concentraciones periódicas hasta que se solucione el caso de Giuliana.

La Plataforma feminista 7N echó a andar a partir de una macromanifestación que tuvo lugar en Madrid el 7 de noviembre de 2015. Ese día se unieron colectivos llegados desde distintos puntos del país para protestar por la violencia de género y reclamando el cambio de la legislación actual. Ese movimiento, y esa lucha, sigue en marcha, «y seguirá mientras haya una sola muerte».

«Es consecuente que una sociedad machista tenga unas instituciones y una estructuras machistas», explican desde el colectivo. Por eso reclaman que se reforme la Ley de Violencia de Género, en la cual se incluyan todas las agresiones sexuales «incluidos los casos en los que no medie ni haya mediado una relación afectiva». Como ha sido el caso de Cristina Iglesias.

«Ni las instituciones ni la ley actual contra la violencia de género nos protegen, y no sólo porque no se aplica, sino porque su concepción de lo que es violencia machista es limitada», defienden en un comunicado.