Se confirma lo dicho. Lo que no sale en el periódico, no existe.

Los vertidos y la contaminación no han dejado de llegar al Mar Menor desde hace muchos años y parece que nadie se ha querido enterar.

Hace tres años, escribí una Tribuna sobre la contaminación de las desaladoras del Campo de Cartagena, su no control por parte de nadie y me refería al daño que hacen sobre el Mar Menor, pero, salvo algunos comentarios internos, no valió para nada. Espero que ahora, que parte de la sociedad se ha puesto en guardia y al ataque, se resuelva definitivamente el problema.

El acuífero del Campo de Cartagena es conocido desde hace muchos años. Se conocen sus recursos renovables anuales, sus reservas, su calidad de agua (salinizada), las recargas que se producen por la lluvia y por el agua de riego, que se infiltra mientras se produce la irrigación, su variación de niveles, su recuperación a partir de la llegada del Trasvase Tajo-Segura.

Se conoce también, que se encuentra en una situación de sobreexplotación relativa. Es el acuífero ideal, como para que la Confederación Hidrográfica, amparada por la Ley de Aguas, lo hubiese gestionado tal cual dice la Ley, en colaboración con los usuarios, pretendiendo entre todos, el mejor de los funcionamientos, pero esto no se ha hecho.

Debido a la salinidad de las aguas, los empresarios agrícolas aplicaron la desalación de las mismas, mediante plantas desaladoras pequeñas e individuales. El agua de rechazo de las plantas, altamente salinizada, se conducía a un salmueroducto y a una tubería, para hacerla llegar al mar mayor.

¿Quién debería de haber vigilado que todo esto funcionara como estaba previsto? Por una parte, los propios empresarios, que deberían de saber que no estaba funcionando como estaba previsto, y por otra parte, la Comisaría de Aguas, que es por Ley, a quien le compete tal actuación. Nunca es tarde, si se soluciona.

La consejería de Agricultura ha cogido el toro por los cuernos y espero que lo resuelva. Ahora bien, el filtro verde puede funcionar, pero siempre para un caudal de agua afín a la superficie prevista de filtros verdes. Si el caudal aumentara, los filtros se quedarían escasos.

Se necesita mayor flexibilidad en las medidas a tomar, para resolver el problema, y no puede ser por la vía de ampliar los filtros. Podría parecer un delta de un río en vez de una rambla.

La solución definitiva hay que copiarla de otros lugares similares. Donde haya un anillo de tuberías que abrace al Mar Menor, no puede haber nada que se le pueda comparar, en eficacia y en seguridad.