El Colegio Oficial de Psicólogos de la Región de Murcia (Coprm) pide que «se tome conciencia de una realidad que está siendo una de las formas de violencia más oculta de abusos y negligencia producidos en la sociedad hacia las personas de edad avanzada».

Con motivo de la celebración del Día Internacional de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a las Personas Mayores, ha abogado porque «se genere un mayor reconocimiento del problema, tanto a nivel social como profesional, reduciendo la tolerancia social y familiar causada por la escasa información existente y por la complejidad intrínseca del maltrato». Así lo indica Inma Méndez, miembro del Grupo de Trabajo de Psicología del Envejecimiento del Coprm. Precisamente, la Asamblea de las Naciones Unidas considera a la violencia hacia las personas mayores un grave problema de salud pública y de violación de los derechos humanos.

La organización calcula que alrededor del 4 por ciento de las personas mayores padece maltrato físico y hasta el 45 por ciento es vulnerable de sufrir maltrato psicológico. Para hacer visible este hecho, designó el 15 de junio como Día Internacional de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a las Personas Mayores.

Para la psicóloga del Grupo de Trabajo de Psicología del Envejecimiento, Alicia Marín, «posiblemente, las personas mayores sea el grupo con mayor prevalencia en sufrir las distintas formas de maltrato. Pero a pesar de eso, es el que menos atención recibe por parte de los profesionales y los organismos públicos. Es un maltrato oculto y a la vez normalizado en la sociedad como forma natural de trato hacia el adulto mayor».

La profesional explica que dentro de la categoría general de 'maltrato hacia las personas mayores' se incluyen varios tipos, y destaca, entre ellos, «el maltrato físico, psicológico, económico, sexual, la negligencia y el abandono, entre otros», asevera la profesional.

Si bien «el maltrato en cualquiera de sus vertientes implica un peligro hacia la integridad de la persona en los distintos planos de su vida», Marín Zamora se detiene en el edadismo, que es el hecho de discriminar a la persona mayor por pertenecer a este grupo de edad y asociar todo lo que rodea a la vejez con aspectos negativos.

«Es una de las formas de maltrato que puede resultar más dañina por su sutileza, falta de conciencia y por no ser mensurable», describe. Y, por otro lado, suma a ello «la profecía autocumplida, donde los propios mayores asumen la discriminación y comparten los estereotipos negativos que tiene la sociedad hacia ellos».

Según datos del Imserso, los factores de riesgo asociados a la persona vulnerable de sufrir maltrato son que exista dependencia y necesidad de ayuda de tercera persona para desarrollar las actividades de la vida diaria, el deterioro cognitivo, alteraciones de la conducta, aislamiento social, historia previa de violencia y la pertenencia de género.

«En este caso, las mujeres son doblemente vulnerables como mujeres y como mayores. A su vez, tienen una mayor esperanza de vida y suele prevalecer el número de mujeres mayores respecto al de hombres», recalca Marín Zamora.

Los expertos animan a los organismos competentes a que promuevan campañas de sensibilización sobre lo valioso de las personas mayores.