Celestino Avilés Pérez (Murcia, 1965) está casado y tiene tres hijos. Es decano del Colegio Profesional de Ingenieros Técnicos en Informática de la Región de Murcia. Es ingeniero técnico en Informática y licenciado en Investigación y Técnicas de Mercado por la Universidad de Murcia. Entre otras certificaciones es CISA y CGEIT por Isaca. En la actualidad es funcionario de la Comunidad Autónoma de Murcia. En la Administración regional trabaja como jefe del Servicio de Gestión Informática del área de Educación.

¿Qué importancia tienen las TICs para los seres humanos?

Hoy en día todo se mueve muy rápido, en la vida diaria el móvil se ha convertido en imprescindible, las carreteras cada vez son mejores y más seguras, las empresas de logística hacen que el transporte de cualquier mercancía pueda estar en pocas horas en su destino... La informática es el medio que permite que todo sea aún mucho más rápido. Debajo de todo ello hay sistemas de información, ordenadores, servidores, líneas de comunicaciones, programas que hacen posible todo ello.

¿Piensa que las TICs aún tienen que llegar a muchos más ámbitos de la vida?

Claro que sí. Hoy existen profesiones que hace veinte años ni siquiera imaginábamos, en el caso de las TICs ocurre y seguirá ocurriendo. Ahora hay personas que se tienen un sueldo digno y que por ejemplo se dedican a probar videojuegos, o a publicar videos en Youtube, o a poner en contacto compradores con vendedores en plataformas que solo sirven de intercambio.

¿Faltan apoyos para desarrollarlas?

Le pediría a las empresas y a las administraciones que sean conscientes de que la informática cuesta dinero, que tiene que estar realizada por profesionales, y que se ha de destinar un porcentaje del presupuesto de la empresa a temas relacionados con las TIC. Lo mínimo es un 3.5%. Si lo realizan, el retorno de la inversión es increíblemente superior.

¿Cuál es el nivel de la Región en estas nuevas tecnologías?

El nivel de la Región está bien, pero podría estar mucho mejor. Tenemos todos los mimbres: dos universidades con el grado de Ingeniería Informática, unos profesionales bien formados, muchas empresas relacionadas con el sector de la informática... solo nos falta el apoyo de las instituciones que ejerzan como catalizadores.

Usted, como decano, ¿qué objetivos se marca para su colectivo?

Son dos los retos más importantes. Uno interno, y es conseguir un colectivo fuerte que trabaje unido y en equipo en pos de sentirnos orgullosos de nuestra profesión. Otro externo, y es que la sociedad nos vea como ingenieros dispuestos a aportar soluciones en los procesos de negocio.

¿Qué piden para que la profesión siga creciendo cada día?

La demanda más importante es la consecución de atribuciones profesionales. Por ejemplo, para construir una casa nadie llama a un taxista, llaman a un arquitecto. Para ir a juicio se llama a un abogado, o para hacer la renta se llama a un asesor fiscal. Para hacer un programa, o montar una tienda online, llamamos a un amigo que ha hecho algo parecido o el propio amigo se ofrece a hacerlo más barato que un profesional. Hay que concienciar de que estas cosas, a medio plazo, no se mantienen. Queda mucho trabajo por hacer, todavía se ve al informático como un friki.