Aunque cada vez estamos más sensibilizados y nos cuidamos más a la hora de exponer nuestra piel al sol, es necesario dar un paso más y vigilar más cuidadosamente la piel y los cambios que esos ´lunares´ o manchas experimenten. La vida nos va en ello.

¿Cómo está evolucionando el cáncer de piel en la Región?

En los últimos años las campañas de prevención del melanoma han conseguido que la sociedad se sentibilice ante este tipo de cáncer. A nosotros nos gustaría que se sensibilizaran más, como ha ocurrido con el cáncer de mama o con el genital, por ejemplo. Pero aún no hemos llegado a estos niveles. Lo logrado hasta ahora nos permite que los diagnósticos de melanoma se hagan en estadios más incipientes y las posibilidades de cura sean muy altas.

¿En qué se basan estas campañas?

Por un lado se intenta explicar los factores que inciden en que una persona tenga cáncer de piel, para que se cuiden de una exposición solar natural y artificial, es decir, a través de las cabinas de bronceado. Una segunda fase va destinada a quienes no se han sensibilizado, intentando diagnosticar lo más pronto posible. Explicando a la población qué deben hacer para reconocer los posibles melanomas; formando al personal sanitario no especialista a reconocer un caso de la forma más precoz posible.

Antes ha comentado que el diagnóstico precoz es clave.

La mortalidad del melanoma depende del grosor del mismo. Y, en términos generales, este a su vez, depende de en qué momento se detecte. En melanomas pequeños se puede curar al 100%.

Antes ha apuntado a las cabinas de bronceado como una de las fuentes de este cáncer. ¿Qué le hacen a la piel?

Lo mismo que el sol, pero desde una proximidad más cercana y sin ningún control médico. Hace pocos años diversas asociaciones e instituciones que se dedican al control e investigación del cáncer han declarado que estas cabinas son utensilios carcinogenéticos del nivel del plutonio. Es decir, que tienen un riesgo de producir cáncer altísimo. Estas cabinas sólo se deben utilizar en centros hospitalarios para el tratamiento de enfermedades que pueden mejorar con su aplicación y con el exhaustivo control médico.

¿El cambio climático está afectando? ¿Hacen más daño los rayos del sol a nuestra piel?

No exactamente. Aunque es cierto que a menor capa de ozono, menor es el filtro contra los rayos ultravioleta, esto se nota más en los Polos. En nuestro país esta disminución aún no es muy evidente.

¿Qué hay de marketing y qué de realidad en los factores de protección de las cremas solares?

Lo primero que debe hacer una persona es adecuar el factor de protección a su tipo de piel y a la actividad que vaya a realizar. La persona de piel blanca siempre debe utilizar el factor más alto. Ésta no debería bajar nunca del factor 50+, que protege al 94%. Y por mucho que la industria farmacéutica pretenda, por encima de este factor, las variaciones de protección son mínimas. Por debajo del 15, no tienen ningún valor médico. Es decir, que para pieles más morenas, el factor de protección debe ser de 30.