El millón y medio de murcianos respiró aire contaminado durante 2015, al mismo tiempo que tres cuartos del territorio regional soportaron una contaminación que daña los bosques y cultivos, según se desprende del Informe anual de Calidad del Aire de Ecologistas en Acción 2015, en el que se pone de manifiesto que el 79% del territorio estuvo expuestos a unos niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La coyuntura meteorológica, el repunte del tráfico, el fraude en las emisiones de los automóviles y la apuesta por las energías sucias en detrimento de las renovables son algunas de las causas de un problema que afecta a la salud de la ciudadanía, pero también a los cultivos y espacios naturales.

El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 700 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado, entre ellas sólo ocho situadas en la Región.

En lo que respecta a Murcia, entre sus principales conclusiones destaca que en 2015 se produjo un aumento general de los niveles de contaminación de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2), ozono troposférico (O3) y dióxido de azufre (SO2), el primero desde el inicio de la crisis en 2008.

La contaminación generada desde las ciudades de Murcia y Cartagena y la zona industrial del Valle de Escombreras se extiende por el territorio afectando a zonas más alejadas y rurales en la forma de ozono troposférico.

El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la OMS y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación establecido por la Unión Europea.

Si se toman los valores límite establecidos por la normativa española y europea, más laxos que las recomendaciones de la OMS, la población que respira aire contaminado por encima de los límites legales supera los 800.000 habitantes repartidos entre la ciudad de Murcia y la zona centro. Y la superficie expuesta a niveles de contaminación que exceden de los legalmente permitidos para proteger los cultivos agrícolas y los ecosistemas naturales alcanza 8.700 kilómetros cuadrados, excluyendo sólo el litoral.