­El deporte supone una forma muy útil de desestresarse y eliminar la tensión psicológica que nos produce el día a día. Para aquellos estudiantes que estén preparando sus exámenes este mes, realizar una actividad deportiva no debe suponer un obstáculo en sus estudios ni una pérdida de tiempo, todo lo contrario, como avisa Mario Latorre, técnico del Servicio de Actividades Deportivas de la Universidad de Murcia, está demostrado que la práctica regular de ejercicio beneficia el rendimiento intelectual y la memoria de los estudiantes, ayuda a procesar más rápido la información. Coger el hábito de realizar un deporte con frecuencia es positivo, ya que se generan endorfinas y se puede afrontar los estudios con mayor energía. Lo que sí se desaconseja es ser irregular en la práctica de un deporte, se debe estar motivado y tener voluntad para no acabar realizando una actividad física ocasionalmente algún día entre semana.

Entre estos malos hábitos que Mario Latorre señala, también está el de sobrepasar los límites físicos que cada persona tiene: «hay que dejarse asesorar siempre por un profesional, no debemos superar el volumen de actividad física que podemos soportar. Cada uno debe encontrar el deporte que le motive y que mejor le ayude». Cualquiera de estos malos hábitos puede llevar a provocar lesiones físicas que impidan continuar con la capacidad de aprendizaje de los estudiantes. Hacer running antes de la cena o al finalizar el estudio es el complemento perfecto. El Centro de Medicina del Deporte de la UMU realiza, a precios económicos, revisiones y pruebas de esfuerzo para aconsejar qué tipo de deporte es adecuado para cada estudiante.

Alimentación

Hidratación a base de zumos y aguas, pero no tanto de bebidas estimulantes. Este es el principal consejo que da Luis Cabrero, jefe del Servicio de Calidad Ambiental, Seguridad Alimentaria y Nutrición (CASAN) de la Universidad de Murcia, a los estudiantes que quieren seguir una dieta adecuada en esta época de exámenes. Las comidas fáciles de digerir priman antes que las pesadas, como el pescado, que a parte de su aporte en proteínas, vitaminas y Omega-3, ayuda al mantenimiento de las funciones cerebrales. Para momentos de intenso esfuerzo mental viene también ideal el consumo de frutas y verduras que potencian el rendimiento cognitivo. Luis Cabrero señala el desayuno como la comida más importante en esta época: «los alimentos que tomamos en el desayuno influyen en los procesos ligados a la formación y a la recuperación de recuerdos, así como en la gestión de información compleja».

El problema derivado de los estimulantes consiste en aceptar que habrá un punto álgido de energía, seguido de un bajón que puede provocar pérdida de concentración o cansancio y sueño. Desde el CASAN avisan que hay que consumir cafeína o teobromina con moderación, aunque también tiene su parte positiva, ya que este último estimulante mejora la capacidad cognitiva, la memoria, la atención y reacción. «El consumo de frutos secos como por ejemplo las nueces o almendras puede ser de gran ayuda para mejorar la memoria», apunta por último Luis Cabrero.