Los mejores caracoles son los que se crían en las zonas áridas y se recogen cuando no llueve. Son entre otros, los conocidos como 'serranas', que tienen un sabor más intenso porque su cuerpo alberga menos agua, y están cada vez más cotizados en el mercado.

Pero este tipo de moluscos se esconde entre los matorrales de los campos, y suelen compartir espacio con los nidos de aves silvestres como las perdices.

Por eso, en el punto 9 del artículo 13 de la nueva orden de caza, la consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente -vigente desde ayer-, advierte a los buscadores de caracoles «que deberán adoptar las medidas necesarias para no molestar o dañar los nidos de perdiz o de otras especies de fauna silvestre».

Se da la circunstancia de que una perdiz suele aborrecer el nido y no volver a incubar cuando nota que ha sido manipulado, por lo que se pone en peligro el nacimiento de futuras crías.

«Nosotros llevamos mucho tiempo advirtiendo de este peligro y solicitando que se regulara la recogida de caracoles», apuntan desde Ecologistas en Acción.