Se le da el cargo de presidente del TSJ de Murcia por lo que promete que hará, no por lo que ya ha hecho. Así se refleja en el documento que hacía ayer público el Consejo General del Poder Judicial para anunciar que volvía a apostar por Miguel Pasqual del Riquelme para presidir el Tribunal Superior de Justicia, pese a que el Tribunal Supremo ya ha anulado este nombramiento una vez, tras el recurso interpuesto por Pilar Alonso Saura, magistrada con más méritos que Del Riquelme y también aspirante al cargo.

En el escrito que trascendió ayer desde el Poder Judicial se lee textualmente que «el Pleno ha considerado que las detalladas y elaboradas propuestas contenidas en el programa de actuación de Pasqual del Riquelme -que llega a plantear un total de 62 iniciativas- merecen una valoración extraordinariamente positiva frente a las de Pilar Alonso Saura, escasas y genéricas».

De Riquelme mostró ayer a LA OPINIÓN su «satisfacción» tras conocer la decisión del CGPJ. Dijo que había sido «un honor» competir con una colega de la talla de Alonso, a quien le une, según aseguró, «un aprecio personal, que creo que es recíproco».

Preguntado por si ha comenzado a trabajar en las promesas que llevaba en su programa, sentenció que «claro que sí», que lo hizo «desde un primer momento».

«El órgano de gobierno de los jueces destaca especialmente las aportaciones del candidato elegido respecto de los que para el CGPJ son los retos más importantes a los que se enfrenta en este momento la organización judicial: la implantación de la nueva oficina judicial y su incidencia sobre el trabajo jurisdiccional, las recientes reformas legislativas de desarrollo de la mediación intrajudicial y la necesidad de incrementar los niveles de eficacia en la gestión, transparencia y rendición de cuentas de la actividad gubernativa de los órganos de gobierno del Poder Judicial», prosigue el documento.

Pese a dar de nuevo el cargo a Del Riquelme, el Poder Judicial admite que los méritos de Pilar Alonso son mayores. En concreto, «el Pleno ha considerado que, partiendo de la mayor entidad de los méritos de Alonso Saura en cuanto a su antigüedad en la carrera judicial, tiempo de servicio en órganos colegiados, ejercicio en destinos de los órdenes jurisdiccionales civil y penal y mayor número de sentencias dictadas, debe constatarse también la acreditada excelencia profesional de Pasqual del Riquelme en el ámbito estrictamente judicial».

Vocales discrepantes

Por otro lado, los vocales Roser Bach, Victoria Cinto, Enrique Lucas, Clara Martínez de Careaga y Concepción Sáez anunciaron la formulación de un voto particular, al considerar que, frente a los méritos y la capacidad, el Pleno ha primado las promesas contenidas en el programa de actuación de Pasqual del Riquelme.

Los vocales discrepantes insisten en que en ocho de las nueve bases objetivables del concurso, los méritos de Pilar Alonso son superiores a los del otro aspirante, mientras que la superioridad de Pasqual del Riquelme en la novena -el programa de actuación- es una apreciación subjetiva de la mayoría del Pleno.

Por ello, recuerdan que la Sala Tercera del Tribunal Supremo consideró superiores los méritos objetivos de Pilar Alonso.

En la votación celebrada ayer por la mañana, Pasqual del Riquelme obtenía 14 votos, dos más de los que consiguió en el Pleno de 29 de enero de 2015. Contaba con el apoyo del presidente del Supremo y del CGPJ (que asegura que ahora detallará ampliamente la motivación del nombramiento), Carlos Lesmes, y de los vocales Mar Cabrejas, Ángeles Carmona, Álvaro Cuesta, Nuria Díaz, Juan Manuel Fernández, Rafael Fernández Valverde, Fernando Grande-Marlaska, Vicente Guilarte, Carmen Llombart, José María Macías, Juan Martínez Moya, Gerardo Martínez Tristán y Wenceslao Olea. Por su parte, Alonso recibía 7 votos, los de los vocales Roser Bach, Victoria Cinto, Enrique Lucas, Clara Martínez de Careaga, Rafael Mozo, Concepción Sáez y Pilar Sepúlveda.

Preguntado por si habrá un nuevo acto de toma de posesión (la primera fue en 2015), Del Riquelme confesó que aún no lo ha decidido, pero cree que montar un acto solemne como el de 2015 «sería un gasto inútil». «Ahora hay que ahorrar trámites y trabajar», subrayó el magistrado.