El salón de actos del Consejo Económico y Social (CES) acogía ayer la mesa redonda Innovación y consumidores, enmarcada en las VII Jornadas de Consumo y moderada por el subdirector de LA OPINIÓN, Javier Soto.

Fueron seis los expertos que participaron en la mesa, cuyas disciplinas «reflejan un poco toda la cadena de la producción, desde el origen, pasando por la manipulación y hasta llegar al consumidor», dijo Soto. Habló de abordar «qué es lo que está haciendo la empresa para innovar y llegar con mejores precios al consumidor». A continuación, el subdirector fue presentando a cada ponente.

Abrió fuego la directora general de Comercio y Protección al Consumidor, Francisca Cabrera, que dejó claro que «somos consumidores todos, comercio y consumo van de la mano». Insistió en la importancia de «velar por todos los consumidores y usuarios», así como de poner en marcha un «control de mercado».

Por su parte, el jefe de Servicio de Seguridad Alimentaria y Zoonosis de la consejería de Sanidad, Blas Alonso Marsilla de Pascual, remarcó que «en la Administración pública también hay innovación». En los productos, «aparte de la fecha de caducidad, leemos poco más», lamentó.

Javier Soto preguntó a Blas Alonso de Marsilla si era posible controlar absolutamente todos los productos. Él dijo que se hacen 10.000 inspecciones de media anual.

«Llevamos una política de menos expedientes, pero más ejemplarizantes», señaló. «Lo único que no se tolera es que haya una deficiencia que pueda contemplar un peligro para la salud», dejó claro, a lo que añadió que «el nivel de seguridad alimentaria que tenemos es envidiable».

El presidente del Colegio de los Veterinarios de Murcia, Fulgencio Fernández, habló de que «las empresas tengan en cuenta al consumidor en el etiquetado», además del «control analítico de los procesos» y de los envases «para aumentar el tiempo de conservación» o «los inteligentes, que te dicen en cada momento en qué condiciones se encuentra el alimento», según precisó. Por otro lado, Fulgencio Fernández declaró que ahora está de moda comer, por ejemplo, quinoa y hasta insectos. «Son alimentos que no son originarios de España. Son de China o América y la moda está llegando», aseguró, y dejó claro que estos productos han de pasar estrictos controles.

«Van a entrar en el mercado. A algunos nos resulta repugnante, pero yo tengo fotos de gente que se ha ido de viaje a Tailandia y se están comiendo un insecto». «Aquí hay unos insectos buenísimos: los langostinos del Mar Menor», intervino una señora del público, que recibió un aplauso.

Por otro lado, el presidente regional de COAG-IR Murcia, Miguel Padilla, subrayó que «el sector productor tiene que ir de la mano del consumidor». Habló de «innovación en el manejo, en la agricultura y la ganadería». «Por poner un ejemplo, la leche de la cabra. El manejo que se hacía hace 30 años, del ordeño, no tiene nada que ver» con el actual, apuntó.

Sobre la agricultura, Miguel Padilla resaltó que «una de las innovaciones es el agua. Vienen a visitarnos desde países de todo el mundo para ver cómo utilizamos el agua, que cuesta mucho dinero y no la tenemos. En ese tema, la tecnificación en esta Región ha sido un ejemplo a nivel mundial».

La mesa redonda tuvo lugar en un salón de actos abarrotado, en su gran mayoría por mujeres de mediana edad. Al término de las breves intervenciones a modo de presentación, Soto dio paso al turno de preguntas. Él preguntó primero a Francisca Cabrera si se avisaba a las empresas de las inspecciones. Ella dijo que no, y precisó que «el mejor inspector que puede haber es el ama de casa».

Soto entonces se interesó sobre si hay más infracciones ahora, a lo que la directora general respondió que no, que «cada vez vamos tomando más conciencia», al tiempo que animó a enseñar a los más pequeños a leer las etiquetas e interesarse. «Vamos buscando el ahorro, pero no dejando de lado la calidad», sentenció la representante de la Comunidad.

Amish y aceite de palma

En el turno de preguntas se aludió al aceite de palma. Los expertos explicaron que se sigue dando en los cosméticos (junto al de coco), pero que en los alimentos aparece ya cada vez menos.

Blas Alonso Marsilla dijo, por otro lado, que ahora hay más alergias alimentarias por el estilo de vida. «Los críos de ahora ya no juegan con la tierra: les dan una tablet o un móvil. El crío tiene muchos conocimientos informáticos, pero su sistema inmunitario es débil», denunció. Asimismo, preguntó a los asistentes si habían visto la película Único testigo, para aludir a los amish (grupo protestante anabaptista). «Los amish no tienen ni un 0,1 de críos alérgicos. Porque de pequeños son pastores. Beben la leche sin pasteurizar. Nosotros hemos sido muy higiénicos», detalló el experto en la mesa redonda.