María Fernanda Arbiazar Barrios es la jefa del Servicio de Protección Civil de la Comunidad, adscrito a la dirección general de Emergencias, y ha estado en China durante cinco días para participar en un proyecto europeo que tiene como objetivo analizar el sistema de gestión de las emergencias en el gigante asiático y tratar de mejorarlo con las aportaciones de Europa. Vuelve a la Región satisfecha por la experiencia personal, aunque lamenta la falta de coordinación en el sistema chino.

¿Qué ha hecho usted en China en estos días?

He formado parte de un proyecto europeo liderado por Francia, en el que intervienen otros países europeos como España, cuyo objetivo es transmitir al Gobierno chino cómo se gestionan las emergencias a nivel europeo, sobre todo a raíz de algunos accidentes químicos que han sufrido en los últimos años, que han costado bastantes vidas. Así, participamos en un marcosimulacro de accidente químico en una planta del polígono industrial más importante de Shanghai, que hemos supervisado expertos en emergencias de Europa, donde más o menos todos utilizamos el mismo sistema de actuación.

¿Qué hacen en China para gestionar las emergencias? ¿En qué se diferencian de Europa?

No hemos estado el suficiente tiempo para saber realmente cómo las gestionan. Son muy cerrados y es complicado saber su sistema de funcionamiento. Lo que sí he observado es que nadie se atrave a tomar una decisión, hay una cadena de mando que nunca acaba. En Europa, cuando gestionamos la emergencia, tratamos de hacerlo de forma multidisciplinar. El bombero nunca va a tomar una decisión de forma independiente de lo que pueda decir el técnico de medio ambiente, por ejemplo. En Murcia, el director de Emergencias es el que tiene el poder de la decisión final, pero debajo de él hay una serie de personas especializadas que van de alguna manera dando las órdenes. Todo eso está muy jerarquizado y estructurado, pero hay contacto entre todos los grupos. En China no. Cada uno va por su lado, dicho así vulgarmente. Eso complica la situación. Si hay un accidente con nube tóxica, no puedes mandar equipos de bomberos sin la información adecuada, porque estos acaban muriendo.

¿Qué misión tenía exactamente usted?

Era observadora y evaluadora. Iba observando todos los puntos y evaluaba lo que veía, las cosas que se estaban haciendo bien y las deficiencias. En este último caso, las posibles críticas se tienen que dar a conocer de una forma muy suave y educadamente, para no herir las sensibilidades.

¿A qué temen más los ciudadanos chinos?

En concreto, lo que se estaba simulando en la planta del polígono industrial de Shanghai, una ciudad con 24 millones de habitantes, era un tifón que llegaba a las costas de China y provocaba daños en su gran parque industrial. Esto puede pasar de verdad, porque en China ocurren muchas catástrofes de este tipo. A la población le dan más miedo los accidentes químicos, porque la gente acepta mucho mejor los riesgos naturales. Para ellos son como una decisión divina, mientras que los accidentes vienen de la mano del hombre, la gente se resigna menos. En ese polígono hubo un accidente no hace mucho tiempo.

¿Y se puede copiar para la gestión de las emergencias en la Región algo de lo que ha podido ver estos días en China?

No he entrado a tanto detalle. Solo he visto una de las partes del proceso, aunque este proyecto irá avanzando. Desde el punto de vista personal, la experiencia ha sido interesantísima. Me ha encantado la gigantesta ciudad de Shanghai, con su mezcla de culturas. No tiene nada que ver con lo que se ve en Europa.

¿A ellos les ha servido de algo lo que les han enseñado?

Pienso que sí, han estado tres años trabajando muy duro, pues este proyecto europeo ha durado ese tiempo, y han conseguido abrirse, que no es poco, porque les cuesta muchísimo ser analizados. Que hayamos entrado y analizado su estructura del sistema de emergencias es ya mucho. Este proyecto seguirá (su continuidad se decide la próxima semana) y podrémos ir a los detalles.