La magistrada Pilar Alonso, con tres décadas de experiencia en el ámbito judicial, tenía más méritos, de forma objetiva, para ocupar la presidencia del Tribunal Superior de Justicia de Murcia. Sin embargo, el Poder Judicial decidía dar el puesto a Miguel Pasqual del Riquelme.

Pilar Alonso, ante esto, no se quedaba quieta y denunciaba su caso. Más de un año después, el Tribunal Supremo daba la razón a la magistrada y anulaba el nombramiento de Del Riquelme. Ahora, el Poder Judicial ha de reflexionar. Si vuelven a elegir al mismo, han de argumentar por qué. Al igual que han de explicar por qué los méritos de Alonso no fueron valorados.

La sospecha de una discriminación por razón de género hizo que saltase el escándalo. La asociación Jueces para la Democracia consideró que la sentencia del Supremo significa «un paso contra el machismo».

Fuentes cercanas contaban esta semana que Pilar Alonso se encuentra satisfecha con el resultado y a la espera de que el Poder Judicial se vuelva a pronunciar. Las mismas fuentes aseguraron que no se trata de una inquina personal de Alonso hacia Del Riquelme: que la magistrada no tiene nada en contra de su colega, tan sólo actúa por razones meramente profesionales.

El pasado 6 de mayo, en el Palacio Almudí de la capital murciana, la magistrada Pilar Alonso era la única mujer de una mesa presidencial de hombres: la conformada para presenciar la promesa del cargo de otro varón, Miguel Ángel Larrosa Amante, como presidente de la Audiencia Provincial de Murcia, en sustitución de otro hombre, Andrés Pacheco.